SANTA CRUZ DE TENERIFE 2 Oct. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno de Canarias informa este miércoles de que el 'Día de las Escritoras', una conmemoración de carácter anual que se celebra desde 2018 en Canarias con el objetivo de visibilizar y reconocer el legado de las autoras, se dedicará este año a María Joaquina de Viera y Clavijo.
Con esta ya son siete las ediciones de reconocimiento protagonizado por primera vez por Elsa López, y que posteriormente estaría dedicado a Isabel Medina, Olga Rivero Jordán, María Teresa de Vega, Roberta Marrero y Cecilia Domínguez.
Nacida en el Puerto de la Cruz en 1737, María Joaquina de Viera y Clavijo era hija de un escribano y creció en un hogar estimulante intelectual y espiritualmente.
Sus hermanos, Nicolás y, especialmente, José de Viera y Clavijo fueron figuras de absoluta trascendencia en la cultura insular, destaca el Gobierno canario en una nota.
Mientras que sus hermanos recibieron una educación enfocada a ser grandes clérigos, la autora luchó por estar al día de la actualidad y los temas candentes a través de las tertulias y las conversaciones con la élite cultural y política de Tenerife y Gran Canaria, de la que formaba parte.
Con la llegada de la Ilustración en el siglo XVIII, se revisa el papel social de las mujeres, aceptando dotarles de cierta instrucción educativa, y permitiendo su producción literaria en el caso de que esta promoviese la devoción y moralidad cristiana o su rol familiar como madre, esposa o hija. Así, la obra de esta autora se consagró a la religión y al misticismo.
De su trabajo destacan numerosos poemas que recrean la vida de Jesús o de temática marianas, como otros que exaltan la amistad entre mujeres o exhiben su pensamiento ideológico con los versos patrióticos dedicados a la victoria de Tenerife contra Inglaterra en 1797 o a la defensa de Fernando VII durante las guerras napoleónicas.
También existen textos que elogian a diferentes personalidades de la clase dirigente.
GRAN SENTIDO DEL HUMOR
De su personalidad se conoce que fue una mujer moldeada por ideales conservadores y religiosos, con un gran sentido del humor.
Así, se la caracterizó por su "discreción, recato y modestia", nunca se casó, y ejerció como cuidadora de sus padres y, posteriormente, de sus hermanos durante toda su vida.
La filóloga Victoria Galván González apunta a cómo, a pesar de la entrega a su familia y su convicción conservadora, la poeta "optó por desarrollar una vida minoritaria en un contexto cultural y político que auspició un cambio de roles que conllevaba el deseo de participar activamente en las artes o en la escritura".
Sobre Viera y Clavijo se sabe, también, que destacó como escultora con composiciones de barro, de las que no se conserva ninguna.
Como señala Carmen Fraga González, "su lenguaje está salpicado de pensamientos y vocablos relacionados con las artes plásticas".
La creación artística supuso un espacio de libertad dentro de un siglo encorsetado en rígidas estructuras sociales para las mujeres.
Sobre su propio ejercicio de creación, la autora escribió: "Con que, en fin, puedo hacer versos/ Aunque calle noche y día/ ¿Para qué quiero la lengua/ Mientras el alma imagina?".