CERMI Canarias reclama una vivienda "digna" para que las personas con discapacidad tengan una vida independiente

LAS PALMAS DE GRAN CANARIA 3 Dic. (EUROPA PRESS) -

El CERMI Canarias se ha sumado al Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI Estatal) para reclamar una vivienda "digna y adecuada" como derecho fundamental para que las personas con discapacidad tengan una vida independiente.

Esta es la principal reivindicación que la plataforma de la discapacidad expone en un manifiesto publicado con motivo de la celebración del Día Internacional y Europeo de las Personas con Discapacidad, que se conmemora cada 3 de diciembre y del que se tomó razón durante la reunión del Comité Ejecutivo del CERMI Estatal.

Para el CERMI la vivienda es un "bien social básico, es el soporte vital" de la autonomía y la independencia de las personas con discapacidad", según ha informado el comité en nota de prensa.

En este sentido, apuntan que "no se trata de un asunto más" para las personas con discapacidad, sino que es el "gran asunto y lo será más en un futuro inmediato", ya que subrayan tienen derecho a "vivir en un domicilio libremente elegido con los apoyos que precise y perteneciendo y participando de comunidad".

Para ello, consideran necesario que la vivienda cumpla con tres elementos, tales como son que "sea accesible, asequible e inclusiva".

Asimismo, indican que actualmente en España casi el 70 por ciento de las viviendas "no cumplen las condiciones de accesibilidad necesarias" para personas con discapacidad y personas mayores, tales como la realización de las "adecuaciones y ajustes razonables" para que los entornos sean accesibles por ejemplo.

En relación con ello, indican que la Constitución Española reconoce en su artículo 47 el derecho a una vivienda digna y adecuada, lo que "comprende la accesibilidad universal", y el 49 refuerza esa obligación al declarar el derecho de las personas con discapacidad a entornos universalmente accesibles.

Así, para solucionar el elemento de la accesibilidad, el movimiento CERMI plantea un programa de acción con medidas como una reforma de la Ley de Propiedad Horizontal para que las comunidades de propietarios realicen obligatoriamente obras y actuaciones de accesibilidad; o la creación por Ley de un Fondo Estatal de Promoción de la Accesibilidad Universal, dotado con el 1,5 por ciento de los presupuestos de los ministerios inversores, que destine sus fondos a actuaciones de accesibilidad del parque de viviendas, entre otras.

También apunta como otro elemento necesario para que el derecho a la vivienda digna y adecuada "resulte efectivo" el que sea asequible. En este sentido, señala que generalmente las personas con discapacidad y sus familias son "más pobres y sufren una mayor exclusión social", de ahí que incidan en la necesidad de "eliminar la pobreza habitacional de este colectivo".

Para ello, el movimiento CERMI propone, por ejemplo, la creación de "nuevas prestaciones públicas" en materia de vivienda para personas con discapacidad; o la regulación de una fiscalidad proactiva para este grupo de personas y su entorno familiar que tenga como objetivo minimizar su "esfuerzo económico en la adquisición, rehabilitación o transmisión de la vivienda".

También se refiere a la inclusividad, que es el tercer elemento necesario, ya que el colectivo de la discapacidad necesita "nuevas formas de habilidad o convivencia, con enfoque inclusivo e innovador", para tener una vida independiente en su comunidad y poder participar socialmente en ella. El movimiento CERMI indica que una vivienda inclusiva "es la base para una vida independiente en un entorno comunitario".

Para conseguir que una vivienda sea inclusiva CERMI sugiere acciones como diseñar políticas públicas de vivienda con enfoque de género y derechos de la mujer que favorezcan el acceso y disfrute de las mujeres con discapacidad; el impulso de políticas públicas que tengan en cuenta las necesidades de la juventud con discapacidad; o desarrollar normativamente nuevas fórmulas habitacionales.

El manifiesto de CERMI concluye reivindicando que su lugar en el mundo como personas con discapacidad "se debate en la posibilidad de disponer y gobernar un espacio propio" al que puedan considerar "hogar, poroso e intercomunicado, desde el que sea posible" abrirse a una vida en comunidad "satisfactoria".