La embarcación partió de Nuakchott con personas de Mali, Senegal, Burkina Faso, Gambia y Mauritania y los cadáveres se arrojaron al mar
SANTA CRUZ DE TENERIFE, 7 Mar. (EUROPA PRESS) -
El cayuco que fue rescatado a casi 700 kilómetros de la isla de El Hierro en junio del año pasado estuvo a la deriva casi 20 días, sin agua ni comida, lo que motivó que murieran más de 80 migrantes que viajaban a bordo y que fueron arrojados al mar.
Así lo recoge el escrito de acusación de la Fiscalía, al que ha tenido acceso Europa Press, en el que se solicita la apertura de juicio oral contra cinco hombres, de nacionalidad senegalesa, como presuntos patrones de la embarcación, dos ellos en prisión desde el mes de julio.
Según la Fiscalía, los hombres cobraron dinero a unas 150 personas a cambio de llevarles hasta Canarias a bordo de un cayuco que partió de la costa de Mauritania el 30 de mayo, una embarcación "absolutamente inadecuada" para emprender el viaje, apunta la Fiscalía, al carecer de luces de posición, bengalas o deflector de radar, ni sistemas de comunicación náutica y solo contaba con un GPS y los teléfonos móviles de algunos inmigrantes.
Ni la mayoría de los ocupantes del cayuco disponía de chalecos salvavidas.
A los cinco días de navegación quedó a la deriva "sin agua ni combustible" hasta que fue localizado por el petrolero 'Philipp Oldendorff', que lo mantuvo abarloado a su costado hasta la llegada del crucero 'Insignia Master', que rescató a 68 personas de Mali, Senegal, Burkina Faso, Gambia y Mauritania, junto con los cadáveres de tres inmigrantes fallecidos.
El crucero arribó hasta el Puerto de Santa Cruz de Tenerife a las 5.30 horas 21 de junio de 2024 con 67 personas con síntomas de deshidratación y un fallecido a bordo a pesar de la atención médica recibida a bordo del crucero.
La Fiscalía considera que los presuntos patrones se encargaron de las funciones de navegación como la fijación y seguimiento del rumbo operando un dispositivo GPS, del intento de reparación del único motor cuando se averió en alta mar así como del reparto de comida y en el mantenimiento del orden del barco.
CINCO ACUSADOS COMO PATRONES DE LA EMBARCACIÓN
De hecho, sostiene que habrían ordenado arrojar al mar los cadáveres de un número indeterminado --en todo caso superior a ochenta (80)-- de migrantes, afectados por la falta de comida y agua.
El escrito apunta que los presuntos patrones generaron un "grave riesgo para la vida, salud e integridad física de los ocupantes" del cayuco pues tenían "pleno conocimiento" de la escasez de víveres y agua, del hacinamiento de los pasajeros así como de la deficiencias estructurales de la embarcación.
En el momento en el que el cayuco fue auxiliado por el petrolero se encontraron tres fallecidos, de origen subsahariano, por tromboembolismo pulmonar y fallos multiorgánico derivados de deshidratación y desequilibrio hidroelectrolítico.
A su llegada al puerto de Santa Cruz de Tenerife se constató la muerte de un cuatro migrante y cinco de los supervivientes tuvieron que ser trasladados a dos centros hospitalarios debido a su grave estado de salud.
La Fiscalía considera que los hechos son constitutivos de un delito agravado de favorecimiento de la inmigración irregular, cuatro delitos de homicidio por imprudencia grave y cinco delitos de lesiones por imprudencia grave, y solicita penas acumuladas de más de 20 años de prisión e indemnizar a los herederos de cada fallecido con 150.000 euros cada uno.