Federico Mayor Zaragoza
EMETERIO SUÁREZ
Actualizado: lunes, 13 marzo 2017 18:31

SANTA CRUZ DE TENERIFE 13 Mar. (EUROPA PRESS) -

Federico Mayor Zaragoza, director general de la Unesco entre 1987 y 1999, ha abogado por que los intelectuales, los científicos y los artistas se pongan al frente del proceso de cambio de la situación actual porque "son ellos quienes mejor saben que cada ser humano es capaz de crear".

Mayor Zaragoza fue el ponente principal del acto institucional de la Universidad de La Laguna (ULL) con motivo del 225 aniversario de su fundación, celebrado hoy lunes en el Paraninfo de la institución académica.

Su locución fue una llamada de esperanza en el futuro a pesar de las adversidades y de que el panorama político, económico y medioambiental no parece "muy halagüeño". En su opinión, "aún es posible enfrentarse a esa tendencia destructiva del presente".

El ponente dijo tener confianza en el futuro porque en él la mujer adoptará un mayor protagonismo en la esfera pública. En ese sentido, recordó una conversación que tuvo con Nelson Mandela acerca de, precisamente, los retos del futuro, y fue el líder sudafricano quien manifestó esa esperanza en la capacidad femenina para el cambio.

Concretamente Mandela le dijo: "Durante muchos años hemos estado sometidos a un poder absoluto, pero las cosas van a cambiar porque la mujer, progresivamente, va a ocupar el espacio público. La mujer va a ser la piedra angular, porque la mujer solamente excepcionalmente utiliza la fuerza, y el hombre, solamente excepcionalmente no la utiliza".

El ponente citó al propio Mandela, quien protagonizó "una transición pacífica e integradora en una Sudáfrica que clamaba venganza", y a Mijaíl Gorbachov, quien "logró abrir el gigante soviético al mundo convirtiéndolo en una federación de estados, como ejemplos de que, a veces, "lo que parece imposible es posible".

Aún así, pese a esa esperanza en la capacidad humana para generar un cambio positivo, fue crítico con la situación actual, en la que "el poder económico ha tratado de suplantar, y lo ha logrado de facto, a instituciones de consenso como la propia Organización de las Naciones Unidas". Criticó, en ese sentido, que una asociación de estados ricos como el G20 haya suplantado a la ONU, que representa a los 197 estados del planeta.

También criticó la injerencia de ese poder monetario en ámbitos como la educación. Así, manifestó su desagrado por que una organización de índole eminentemente económica como la OCDE sea la que esté fijando los criterios de lo que es educación a través de instrumentos como el informe PISA.

EDUCACIÓN, NO CAPACITACIÓN

Para Mayor Zaragoza es un grave error confundir educación con capacitación, tal y como se pretende imponer ahora, y recordó que la Unesco concibe la educación como un medio para dirigir la propia vida, para aprender a ser y a utilizar plenamente las capacidades humanas y la creatividad para que cada persona pueda labrarse su propio destino.

Por ello, lamentó que aún hoy la guerra siga protagonizando los presupuestos de las naciones, lo cual le llevó a criticar la reciente posición expuesta por la Unión Europea, que aboga por reforzar su gasto militar. "Con solamente un 10% de esos fondos, se podrían cubrir las cinco prioridades globales fijadas por la ONU: alimentos, agua potable, servicios sanitarios, defensa del medio ambiente y la educación", dijo.

"La paz no se pude basar en la guerra. Necesitamos justo lo contrario. Darnos cuenta de que muchos conflictos pueden resolverse con diálogo, como ha demostrado el último premio Nobel de la Paz, el presidente de Colombia Juan Manuel Santos, que apostó por el diálogo para finalizar un conflicto de décadas", defendió el ponente.

El antiguo director de la Unesco reivindicó que ha llegado el momento de hacer valer los principios de la Declaración Universal de los Derechos Humanos para evitar que las generaciones venideras vivan en un mundo de desastres políticos y medioambientales: "Que no nos digan nuestros descendientes aquello tan terrible que escribió Albert de Camus en una de sus obras: los desprecio porque pudiendo hacer tanto, hicieron tan poco".

De ese modo, concluyó que las universidades e instituciones consagradas al conocimiento tienen un papel relevante en mejorar el futuro porque "el porvenir está todavía por hacer".

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