LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 26 Oct. (EUROPA PRESS) -
Los médicos internistas consideran prioritario preparar el sistema sanitario para hacer frente con garantías a las perspectivas climáticas del futuro, así como reconocer el efecto de las olas de calor sobre la salud de las personas.
Estas son algunas de las claves expuestas en el encuentro con el experto 'Hábitos saludables, planeta sostenible' celebrado en el marco del 45º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) - 19º Congreso de la Sociedad Canaria de Medicina Interna (SOCAMI).
En dicho encuentro, moderado por la Dra. Belén Alonso Ortiz, coordinadora del grupo de trabajo de EPOC de la SEMI e internista en el Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín, participaron como ponentes la Dra. María Villalonga Comas, internista del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Son Espases de Palma de Mallorca, y el Dr. Carlos Cabrera López, del Servicio de Neumología del Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín.
Está ampliamente reconocido por el conjunto de la comunidad científica que el cambio climático ha provocado un aumento de la temperatura global. Desde la era preindustrial la temperatura media ha aumentado más de 1.2ºC y las proyecciones futuras predicen un aumento por encima de los 2ºC en las próximas décadas si no se aplican medidas efectivas.
En palabras de la Dra. Villalonga, "reconocer el efecto de las olas de calor en la salud de las personas es un asunto prioritario en el proceso de adaptación de las comunidades y los sistemas sanitarios, sobre todo teniendo en cuenta las perspectivas climáticas futuras y el incremento de la población vulnerable, secundario al envejecimiento demográfico que experimentan los países industrializados".
Según la Dra. Alonso, las olas de calor pueden "afectar gravemente la salud de las personas y, especialmente aquellas con patologías crónicas. El calor excesivo puede provocar deshidratación, descompensación de enfermedades previas y aumentar el riesgo de presentar golpes de calor. En los pacientes con patologías respiratorias crónicas, como la EPOC, el calor extremo empeora su disnea y puede desencadenar crisis respiratorias graves, agravando su situación basal y aumentando el riesgo de hospitalización".
A este respecto, el Dr. Cabrera resaltó que "la comunidad médica tiene un papel crucial a la hora de enfrentar los retos del cambio climático y la salud planetaria. Este papel va más allá que el propio cuidado de la salud y necesita de la interacción con la sociedad y con la esfera política".