"Lo que subyace como móvil es la constatación de que ha perdido la custodia porque siente que tiene ese derecho por encima de todo"
"No piensen en la acusada, piensen un una niña de cinco años que ya no esta"
LOGROÑO, 17 Feb. (EUROPA PRESS) -
Las abogadas de la acusación particular y popular en la causa contra A.U, a la que se le acusa de asesinar a su hija, de cinco años, el 26 de enero del 2020, han visto "probado" lo "inverosímil" del relato de A.U, dado que "permitió que ocurriera o incluso la mató".
Del mismo modo que el Ministerio Fiscal, piden prisión permanente revisable y, además, la acusación particular pide quince años de libertad vigilada tras la pena.
La abogada de la defensa particular, Maria José Valgañón, en representación del padre de la niña Carolina, se ha adherido al Ministerio Fiscal y ha creído que se ha podido "esclarecer" lo que ocurrió en relación a la muerte de Carolina, así como el "pacto" entre su madre y su abuela para suicidarse y matarla.
Ha visto "inverosímil y desacreditado" el relato de la acusada, que defiende que no hizo nada y todo lo tramó su madre, así como la "constatación de que existe un plan" entre ambas "y estaba asumida la muerte de la niña" porque "no hay sorpresa en la madre", cuando, según contó, se despertó y vio a su hija muerta.
"Como no se sorprende no reacciona y, por eso, no pide auxilio", ha dicho añadiendo la "frialdad" del relato e incidiendo en que pasó "horas" con el cadáver de la niña y estaba "encerrada" desde dentro de la habitación.
Ante una muerte "violenta como es la de Carolina" se ha planteado el por qué, el móvil, para apuntar que la abuela no tenía motivación y la "única" que tenía un motivo era la madre de la niña.
Para detallarlo ha relatado cómo A.U siempre se había mostrado "posesiva" con la niña tras la separación con su padre, intentado restringir las visitas y no asumiendo la guardia y custodia para su padre, que nunca "aceptó" y que fue "fruto de su propia rigidez".
En abril de 2017 el juez declara cómo A.U se considera la única capaz de velar por la hija, anteponiendo sus derechos y deberes a los de su propia hija y constituye, para Valgañón, el núcleo de su motivación para lo que sucedió después.
Su nivel de "obsesividad" fue confirmado por la médico de cabecera. "No soportaba que sea feliz con su padre", ha dicho la abogada de la defensa particular.
Ha entendido que "lo que subyace como móvil es la constatación de que ha perdido la custodia y la imposibilidad de tenerla siempre con ella porque ella, como madre, siente que tiene ese derecho, que además está por encima de todo, y se siente mal porque no se le ha reconocido".
Ha relatado cómo "deja escrito que su hija no tenía futuro con su padre"; una sensación que enmarca con su sentimiento de ser víctima. En esta situación, ha señalado, nació el "pacto o concierto de voluntades" con su madre: un plan de suicidio que, en el caso de la abuela, es por haber sido estafada y, en el caso de la acusada, está unido a la niña.
La acusada fue suministrando Noctamid durante tres meses y la abogada ha entendido que con ello estaba probando, al menos desde agosto de 2019, para saber qué dosis necesitaba para sedarla. Coincide con una conversación con su hermana en la que habla de tener "paz", "no ir a la cárcel" y "no regalar" a su hija porque ella le dio "la vida".
Ha recordado que graba doce vídeos y el día 25, desde su móvil, hace una reserva de hotel que abarca dos noches para poder entrar desde primera hora del domingo 26. La niña, además, sale con un pijama de la casa de su abuela y muere con él porque no le llevaron más ropa. Es el mismo pijama que llevó en el vídeo que le grabó su madre.
En sus vídeos la acusada dice que su caso recorrerá el mundo, con "referencias claras" a su suicidio y su intención de llevarse a su hija, con lo que se ve, ha entendido la letrada, que hubo una "planificación". En ellos, se anticipa a que le van a hacer una autopsia; asegura que no es un arrebato, y que todo acto tiene una consecuencia.
Ha destacado también que en los vídeos se le ve "decidida", lo que "quiebra el carácter autómata que se deja llevar por su madre".
Las cartas, ha entendido, "ligan el destino de Carolina al suyo propio". Son, ha dicho, "de despedida" y no deja nada dicho para la niña, incluso "dispone cómo deben ser enterradas". Y ha subrayado: "Ambas".
A su padre le llega a decir: "Ahora que tengo a Carolina siento que hago lo correcto". Una carta que para la abogada es "reveladora" del mismo modo que "impactante" es la que dejó a su hermano. "Con este viaje sólo pienso que Carolina y yo estamos juntas", le dice afirmando que no puede "tener vida".
En cuanto a la "ejecución" del plan ha visto "probado" que la acusada cogió a su hija, conduce hasta Logroño y, con la niña en brazos, entra en el hotel. "En todo momento dispone de la posibilidad de hacer o no hacer", ha recalcado.
Carolina murió por sofocación y la acusada, ha defendido, "es autora porque lo ejecutó con su madre o, en todo caso, lo consistió porque lo había preparado y había llevado a la niña hasta allí".
ACUSACIÓN POPULAR
La acusación popular, con la abogada Alicia Redondo, ha visto "probado" el delito de asesinato. "Que Carolina murió es evidente, que fue violenta la muerte también, así como el hecho que no se puedo defender", ha dicho.
"Hay que tener una cosa bien clara, lo cierto es que sabía lo que ocurrió en esa habitación y lo propició, como dejó claro en los vídeos de manera sosegada, y escribe cartas de despedida", ha dicho.
Participó en el "plan previo; no es algo sobre la marcha, organiza sus objetos, escribe las cartas y hace una reserva en un hotel", ha relatado. Allí, la asfixiaron. "Permitió que ocurriera y eso la convierte en autora", ha indicado añadiendo: "O incluso la mató".
"Comprendía lo que estaba pasando, ni siquiera se ha contemplado que estuviera en estado de shock", ha aseverado. "Qué madre", se ha preguntado, "no pide ayuda", en cambio "la tapa, porque le incomoda lo que ve" y sale del hotel "a deshacerse de alguna prueba".
Actúa así, ha creído, "una madre que es autora de la muerte de su hija". Ha visto claro que la "motivación" de A.U era "infringir dolor" a su expareja "de la mayor manera posible y, por otro lado, que ella era la única que podía cuidarla".
Ha solicitado al jurado: "No piensen en la acusada, piensen un una niña de cinco años que ya no esta, les pedimos que hagan justicia por Carolina y un favor a esta sociedad".