El Ministerio Fiscal les pide cinco años tras una Inspección de Trabajo a la empresa, dedicada al cosido de calzado en Arnedo
LOGROÑO, 15 Ago. (EUROPA PRESS) -
La Audiencia Provincial juzgará, el próximo 5 de septiembre, a dos varones, padre e hijo, responsables de una empresa de cosido de piezas de calzado por tener a trabajadores sin estar dados de alta en la Seguridad Social, no pagarles y tenerlos operando con "riesgo grave e inminente para la seguridad".
El Ministerio Fiscal pide cinco años para A.K quien, junto a su padre, el otro acusado, T.K, son los administradores de la empresa Koberidze Aleksandre, en Arnedo, cuya actividad era el guarnecido, o cosido, de pares de calzado para empresas clientas.
Se les acusa de un delito contra los derechos de los trabajadores, por el que el Ministerio Fiscal les pide tres años de prisión y multa de diez meses a razón de una cuota diaria de doce euros; y un delito contra la seguridad y salud de los trabajadores, por el que les pide dos años de cárcel y multa de diez meses a razón de una cuota diaria de doce euros.
Tal y como relata el escrito de acusación, la Inspección de Trabajo acudió a la empresa el 20 de febrero de 2017. En ese momento se encontraban trabajando doce personas y constató que sólo tres estaban dadas de alta en la Seguridad Social.
De los otros nueve, seis no tenían permiso para residir ni trabajar en España y los otros tres, a pesar de tener dicho permiso, no figuraban dados de alta en la Seguridad Social.
El fiscal relata en su escrito cómo las condiciones laborales de estas personas se basaban en una jornada laboral de unas ocho horas y se había pactado el cobro de la hora a entre tres y cinco euros.
Sin embargo, los trabajadores que se encontraban sin permiso de residencia no había recibido cantidad alguna y no querían denunciar los hechos dadas sus circunstancias personales.
Además, los acusados incumplían la Ley de Prevención de riesgos laborales. Así, la Inspección constató la existencia de "un
riesgo grave e inminente para la seguridad y salud de los trabajadores que allí se encontraban".
En el lugar, la Inspección detectó riesgo de explosión por la utilización de adhesivos próximos a una bombona de butano. Además, los trabajadores estaban expuestos a estas sustancias adhesivas sin ningún equipo de protección individual.
También, riesgos eléctricos debido al deficiente estado de la instalación eléctrica, con enchufes colgando fuera de la pared, cables pelados, empalmados y deteriorados colgando por el techo del local.
Había una falta de iluminación y ventilación natural, dado que las ventanas estaban cubiertas por mantas y no había ni siquiera ventilación artificial por extracción localizada.
Se une un apilamiento de cajas con pares de zapatos y demás material que impedían circular adecuadamente, así como falta de limpieza y orden en general y mal estado de mantenimiento y suciedad de los aseos.
Dadas estas circunstancias, la Inspección de Trabajo levantó una orden de paralización de la actividad desarrollada en ese centro de trabajo ese mismo día.