LOGROÑO, 4 Nov. (EUROPA PRESS) -
A cada latido de nuestro corazón las paredes de los capilares ejercen una sutil tensión sobre las proteínas que transporta la sangre. Minúsculas fuerzas que cambian ligeramente la forma de estas proteínas y pueden alteran sus funciones biológicas.
Una investigación conjunta entre científicos de la Universidad de Cambridge y de la Universidad de La Rioja explica este efecto. El estudio, publicado en una de las revistas de Química más prestigiosas del mundo (Journal of the American Chemical Society) está teniendo una gran repercusión en su ámbito.
Los investigadores del Departamento de Química de la Universidad de La Rioja Francisco Corzana y Rodrigo Martínez firman, junto a colegas de la universidad de Cambridge, el artículo científico con las conclusiones de este estudio. Revistas como Chemistry World (que ha publicado una reseña destacándolo) y Nature Chemical Biology también se han interesado por la investigación.
Las proteínas que pasan por los capilares se ven sometidas a pequeñas fuerzas que, según indica este estudio, pueden aumentar drásticamente su velocidad de reacción o producir otros cambios en su actividad. Podría afectar incluso a la acción de anticuerpos terapéuticos.
Esto se debe a que dichas fuerzas dejan al descubierto partes de la proteína que, en contacto con ciertas moléculas a las que ahora quedan expuestas, reaccionan a mayor velocidad de lo normal o, por el contrario, se parten y pierden su capacidad de actuar.
"Hemos estudiado cómo pequeñas tensiones de corte, comparables a las que ejercen las paredes de los capilares sobre el torrente sanguíneo, afectan a las reacciones de las proteínas -explica Francisco Corzana-: las proteínas se deforman localmente; probablemente conservan su actividad biológica, pero algunos aminoácidos que estaban enmascarados quedan expuestos y pueden reaccionar más fácilmente".
El equipo de la Universidad de Cambridge ha realizado diversos experimentos de microfluidos que corroboran este hallazgo. La revista Chemistry World recoge en su reseña las explicaciones de Tuomas Knowles, coautor del artículo: "Hasta ahora se creía que estos modestos niveles de cizallamiento tendrían poco efecto sobre la reactividad química de las proteínas, pero nuestro trabajo demuestra que no es necesariamente así".
Aunque no es nueva la idea de que estas fuerzas exponen elementos de las proteínas antes ocultos, y esto desencadena las reacciones, esta investigación da un paso más: demuestra que no es necesario desplegar completamente la proteína, sino que basta un pequeño cambio conformacional para acelerar la reactividad.
En palabras de Dennis Discher, investigador de la Universidad de Pensilvania: "el efecto de la tensión es relevante: está sucediendo en usted con cada latido de su corazón", concluye en Chemistry World.