LOGROÑO, 10 Nov. (EUROPA PRESS) -
A pesar de que vivimos en un mundo con más posibilidades digitales que nunca, la desinformación -producida por la proliferación de bulos o noticias falsas a través de Internet- nos hace tener que estar todavía más alerta para luchar contra ella. Ante esta situación, el docente de UNIR, Fernando Checa, pide a la ciudadanía que sea "consciente" del mensaje y no ayude a expandirlo si no está seguro de que es real. Es fundamental, dice, "la reflexión y la sensatez".
Un ejercicio "muy importante" porque "lo cierto es que casi siempre la verdad es más sencilla de lo que nos pensamos pero lo escandaloso nos atrae más, esto genera bulos y lo peor es que nos los creemos". Si a eso "unimos el 'mal' uso de las redes sociales, "la desinformación está asegurada".
Aunque como quiere dejar claro "las redes sociales no son ni buenas ni malas. El problema es el uso que se hace de ellas. Tienen muchas ventajas pero también muchos inconvenientes".
En concreto, explica, "son herramientas de comunicación muy rápidas, nos ayudan a llegar a mucha gente, incluso más que por los medios tradicionales, y pueden generar un impacto positivo siempre y cuando se utilicen bien".
Pero como advierte no podemos dejar de lado "la cara negativa" que pueden ofrecer porque "cualquier persona puede utilizarlas y esto hace que nos encontremos con ciertos usuarios que no tienen escrúpulos para lanzar mensajes poco fidelignos, erróneos, malintencionados o falsos".
"Y lo peor es que otros usuarios, de manera equivocada se lo pueden creer e incluso lo siguen difundiendo", ha lamentado. Esto es debido también "al flujo tan elevado de información que tenemos día a día. A veces nos desborda pero debemos ser capaces de diferenciar los bulos de otro tipo de noticias".
¿QUÉ HACER PARA NO CAER EN 'BULOS'?
Por ello, y para conseguir que los ciudadanos no caigan "en trampas" y sean conscientes de los mensajes de la red, el docente pide primero que la ciudadanía "ponga en duda cualquier información que pueda haber en las redes sociales".
"Hay que hacer un proceso de verificación muy sencillo. Una vez leas un mensaje, lo primero que debes hacer es acudir a un buscador de Internet y ver si hay más fuentes de información que se hagan eco de esa noticia. Esto es fundamental. Si no hay más, desconfía".
Como ha explicado también hay mecanismos de verificación que son realizados por las instituciones o incluso por medios de comunicación que ayudan a hacer esa labor de detectar bulos. Así, "podemos encontrar alertas en la que informen que cierta noticia está desmentida o es un bulo y hay que hacerles caso".
Y finalmente, el docente de UNIR apela a la "responsabilidad del usuario. Antes de diseminar y de seguir trasladando un mensaje que pueda ser falso debemos parar y pensar".
Se trata de realizar un ejercicio de reflexión y decir: "Si yo traslado este mensaje que no sé si es real puedo estar haciendo daño, o preocupando más a quien lo reciba... hay que ser responsable y sobre todo usar la sensatez. Si no estás convencido, no lo reenvíes".
Sobre todo porque, como explica, hay noticias falsas que alguien las genera simplemente por el hecho de "crear un malestar o una situación de desequilibrio entre la población y son mensajes muy peligrosos". Por ello es importante "estar alerta y no creer todo lo que vemos en redes sociales. Así ayudaremos a los demás".
Pero como indica "esto no significa ir en contra de la libertad de expresión, es un derecho constitucional, pero la libertad de expresión tiene unos límites y es importante tenerlos en cuenta porque pueden hacer mucho daño. En las redes sociales puede escribir cualquier persona pero no son medios de comunicación", insiste.
LOS BULOS "HAN EXISTIDO SIEMPRE"
Fernando Checa García, profesor del Máster en Redes Sociales de UNIR, recuerda también que "siempre ha habido bulos o noticias falsas. Lo que pasa es que antes se emitían por el boca a boca y no llegaban tan lejos. Iba todo más despacio. Ahora, con las redes sociales se llega a mucha más gente y esto hace que se hayan amplificado".
Si a eso le sumamos que "hay gente que se piensa que vivimos en un mundo conspiranoico, o en un complot permanente y constante que se cree todo... los bulos crecen más rápido". Es cierto que "mentalmente estamos preparados más para creer en aquello que nos resulta extraño, que nos llama la atención, que en la verdad pero no podemos dejar de tener los pies en el suelo".
Todo porque, como reconoce, "hay personas que quieren generar ruido y caos y lo consiguen así" pero están "alejados de la realidad".
Es más, como explica, la realidad es que, ante una situación de crisis, como por ejemplo la que ha ocurrido en Valencia, "los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado y los servicios de emergencias trasladan siempre a la población mensajes de calma por muy grave que sea la crisis".
Piden calma porque actuando así "la crisis se puede afrontar mejor" pero muchas de estas cuentas cuando generan bulos "generan ira, enfados... e incluso a veces, situaciones violentas. Crean situaciones de peligro reales y eso es a lo que nos estamos enfrentando en muchas ocasiones. Igual algún día podrían tipificarlo hasta como un delito".
"CUALQUIERA PUEDE CAER"
Con precaución o sin ella, advierte, lo cierto es que "cualquiera puede caer en un bulo. Estos días con la situación de Valencia "hemos visto que comunicadores importantes de trascendencia pública y que trabajan en grandes medios han dado pábulo a estas informaciones... todos podemos caer" pero lo importante es "no seguir difundiéndolo".
Finalmente, el experto de UNIR pide a los ciudadanos que a la hora de informarse pongan el foco, sobre todo, en los medios de comunicación reconocidos porque "este tipo de medios sí que tienen que cumplir una serie de normativas en cuanto a la ética periodística e informativa".
"Tienen un valor necesario y fundamental en nuestra sociedad. Los ciudadanos, un particular, no son medio de comunicación, por eso es importante verificar la información. Si acabamos con la credibilidad de los medios de comunicación y consideramos que la información que nos brinda es falsa corremos un riesgo muy importante. Hay que poner en valor el trabajo de los medios de comunicación", sentencia.