"Es indiferente que fuera ella o la abuela la que apretara la boca y la nariz de la niña porque lo tenía planificado"
LOGROÑO, 17 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Ministerio Fiscal ha pedido hoy al jurado que declare culpable a A.U del asesinato de la niña Carolina, su hija de cinco años, en un hotel de Logroño el 26 de enero del 2020. Junto a la pena de prisión permanente revisable, ha añadido a su petición inicial libertad vigilada, durante diez años, tras la pena.
En la última sesión de la causa contra A.U, dedicada a las conclusiones, el Ministerio Fiscal, en boca de la fiscal Esther Alesanco, se ha mostrado "totalmente convencido" de que la acusada "no soportaba que su hija estuviera bajo la guardia y custodia de su padre y eso le provocaba un profundo odio y rencor hacia él".
Por ello, ideó "dar muerte" a la niña y suicidarse. Esos planes se los comunicó a su madre que, en un primer momento, no atendió su deseo pero que como, más adelante, fue estafada y no se veía capaz de recuperar el dinero perdido, decidió, también, suicidarse.
El motivo de una y de otra, ha subrayado la fiscal, era distinto. Ese día, se trasladaron a un hotel de Logroño, después de dejar escondidos los móviles, para dar muerte a Carolina y suicidarse.
Ha señalado cómo se les ve entrar al hotel, la niña estaba consciente, llegando a levantar la cabeza, y una vez en la habitación le suministraron un medicamento que no está previsto para menores de edad que la dejó "sedada profundamente".
Así, "sin posibilidad de defensa", bien utilizando las manos o la almohada, le taparon la nariz y la boca y la asfixiaron.
Las cartas que se encontraron después, ha añadido, fueron una "crónica de una muerte anunciada". Tanto éstas como los vídeos, ha señalado, son pruebas de "anuncio del hecho".
Para la Fiscal, si hubiese estado sentada en esta sala la abuela sería coautora, ya que ambas "se pusieron de acuerdo para cometer un delito". Ha entendido una "estrategia de defensa" que la acusada diga que todo lo hizo la abuela, dado que está fallecida.
"Es indiferente que fuera ella o la abuela la que apretara la boca y la nariz de la niña porque, estando la madre allí, como la persona que más debía protegerla, moral y legalmente, no evitó sino que lo consistió, porque lo tenía planificado, porque quería la muerte de su hija", ha explicado.
Al ser un delito "agravado" ha indicado, es un asesinato, y no homicidio. En este caso, hay "alevosía" porque la niña no se pudo defender, no sólo tenía sólo cinco años sino que estaba sedada profundamente.
"Cómo podía pensar Carolina que su propia madre le podría hacer daño, si un niño en quien más confía es en su madre y, además, estaba dormida", ha espetado.
Ha pedido que no les "asuste" la pena porque es competencia del legislador, la da el código penal y hay un "agravante" de parentesco.
Ha recordado cómo, cuando es detenida, A.U se acoge al derecho de no declarar y empieza su "estrategia de defensa": decir que fueron al hotel por su madre, que la abuela tomaba todas las decisiones, perdió el conocimiento y se despertó el lunes en la bañera, sin "recordar" que salió del hotel. En este sentido, se ha preguntado "a qué sale del hotel" con su hija muerta y sin pedir ayuda.
"Esto es imposible, no pudo perder el conocimiento por una heridas superficiales; tampoco pudo ser arrastrada a la bañera, porque no había marcas; y tampoco pudo ser el Noctamid porque no tomó en tal cantidad para no despertarse al sentir el daño", ha relatado añadiendo que la médico forense dijo que las heridas estaban hechas con su "voluntad" de hacérselas o consentirlo.
Ha sumado las "contradicciones" como decir que la niña murió enferma al amanecer que se suman a las "cartas de despedida" en las que dice que llegó la hora de "cerrar los ojos" y le deja un plan de pensiones a su hermano. Todo sin hacer mención a su hija, salvo para decir que la niña y ella van a estar "juntas". "No es un adiós, es un hasta luego", dejó escrito.
Ha puesto el acento en que dijera, en un vídeo, que la niña "haría" cinco años y un mes el día 30 de enero: "Porque sabía que no iba a llegar". Además, en las grabaciones, "trata de justificar" en esos vídeos lo que va a hacer al sistema judicial y a su expareja, porque no han sabido ver que sólo ella es capaz de cuidar a su hija.
También se ha referido a que los psiquiatras contaron que tiene "rasgos de personalidad que no alcanzan un trastorno". "Necesita que digan qué bien lo ha hecho pero no tiene una enfermedad", ha afirmado.
Por todo ello, ha pedido al jurado "que hagan justicia".