Destaca la "crueldad" con la que golpearon al hostelero. El acusado, C.S.R., el que conocía al bodeguero, fue el que más se "ensañó"
LOGROÑO, 6 (EUROPA PRESS)
El máximo responsable de la investigación del crimen de Cuzcurrita ha declarado ante el juez que los dos acusados por el asesinato y robo del hostelero y bodeguero, Guillermo Castillo, en su domicilio en mayo de 2023 "pensaban que podrían obtener un lucro económico de 50.000 a 60.000 euros" aunque sólo pudieron obtener 600. Cree, además, que fue un plan "concertado y planificado" con "todas las medidas necesarias para llevar a cabo el delito".
La víctima, que regentaba un establecimiento muy conocido en dicha localidad riojana y a quien pretendían robarle la recaudación, "no se pudo defender" la noche de los hechos tras atacarle de forma "sorpresiva" en su domicilio, según el experto quien alerta también "de la crueldad y la saña" con la que le agredieron.
"Tuvo una larga agonía. Una muerte mala, cruel y fue un asesinato en el que la víctima sufrió muchísimo", ha subrayado.
Precisamente, y como novedad, el experto asegura que "quien verdaderamente se ensaña con la víctima fue C.S.R., el acusado más joven -de 38 años en el momento de los hechos- quien, precisamente, conocía a la víctima desde hace muchos años. Podría ser por algo personal", ha dicho.
"TODO ESTABA PREMEDITADO"
Después de dar a conocer las diligencias, el experto relata que los dos acusados "quedaron a una fecha, a una hora, dicen cómo tienen que ir (con guantes y grilletes) se quedan en llamar esa noche -el día 1 de mayo de 2023- y cómo quedar para ir en vehículo hasta Cuzcurrita. Todo premeditado y organizado con un plan para conseguir un buen negocio".
Además desde el primer momento, los agentes "tuvieron claro" que "el crimen se realizó por más de una persona". Nada más entrar en la vivienda "golpearon a Guillermo, se dio con la cabeza en el suelo y, posteriormente, hubo arrastre y patadas a la vez, hasta dejarle en el baño y encerrarle".
Estas son las principales conclusiones que ha expresado el capitán de Policía Judicial tras llevar a cabo la inspección ocular, recoger testimonios y conversaciones telefónicas, analizar estudios, oír la declaración del testigo protegido y leer dictámenes forenses.
Como ha querido explicar a las preguntas de la Fiscalía, la Acusación Particular y las defensas, la investigación acredita "el acusado C.S.R. conocía a la víctima, tenía conocimiento de los hechos que concurrían en la vida de Guillermo y en su ámbito laboral".
Sobre la noche del crimen, la investigación saca a la luz que los acusados llegaron "sobre la 00,45 horas del día 2 de mayo de 2023 a la localidad riojana de Cuzcurrita, aparcan el coche, se preparan y acometen hacia el camino natural más corto al domicilio de la víctima". En diligencias queda acreditado que "el acusado más joven se aprovecha de la relación que mantiene de muchos años con la víctima para que le abra la puerta".
ACTO DE VIOLENCIA "INMEDIATO"
"A partir de ese momento, entran los dos, cierran la puerta y el acto de violencia es inmediato", asevera el experto. "Las huellas son inequívocas, están todas reflejadas y palpables. Le dan un golpe, le atan con esposas y a partir de ahí siguen los golpes con una saña importante".
"La agresión es muy prolongada y utilizan los grilletes de arrastre. Eso lleva a Guillermo Castillo a sufrir hasta que le encierran en un baño, lo tiran, lo dejan y a partir de ahí comienza el registro de la vivienda. La registraron al completo".
"Buscaban dinero que no encontraron", ha indicado, solo "pudieron robar unos 600 euros".
En su extensa declaración -que ha durado casi tres horas- ha explicado que "no hay elementos que nos haga deducir la separación de las dos personas acusadas en ningún momento". También ha anunciado como novedad que los acusados, después del crimen, "no paran con su vehículo a fumar o consumir drogas como habían declarado sino que lo hacen para eliminar evidencias que les relacionen con el crimen. Es decir, para eliminar pruebas".
Asegura que "había conocimiento popular de que Guillermo tenía capital en efectivo en la casa".
También ha dado a conocer que la noche de los hechos, el otro acusado, A.D.G. desconectó su teléfono móvil durante 12 horas. "Una desconexión propia de su experiencia como partícipe en delitos violentos sabiendo y siendo consciente que se enfrentaba a un hecho grave".
La detención de ambos acusados fue en agosto de 2023, unos tres meses después del asesinato del bodeguero y aunque los dos acusados digan que "no se juntan desde después del crimen" -según declararon en sesiones previas del juicio- el responsable de la investigación, y con el detalle de las llamadas, se confirma "que es mentira. El contacto no se corta ni se enfría la relación".
"Solo se detiene cuando detienen al acusado, A.D.G., por el presunto robo de un banco en Varea en julio de ese mismo año".
Finalmente, y sobre el día que eligieron para cometer el crimen considera que se decidió que fuera el día 1 de mayo, día de puente, "porque era día de recaudación del restaurante de Guillermo pero podría haber sido cualquier otra fecha, lo importante eran los 50 o 60.000 euros".
UN TESTIGO NIEGA QUE FUERAN A SU CASA DE LARDERO DESPUÉS DEL CRIMEN
En la tercera sesión del juicio también ha declarado un testigo, presunto amigo de uno de los acusados, que ha reconocido ante el juez que "ninguno de los dos acusados" acudió a su domicilio en Lardero a cambiarse de ropa después de, supuestamente, asesinar y robar al hostelero Guillermo.
Ha negado así la versión de los acusados que, en sus primeras declaraciones, relataron que después de abandonar Cuzcurrita fueron a la localidad riojana de Lardero para seguir fumando y entrar en la casa de este testigo. Incluso uno de los acusados, C.S.R., afirma que el otro, A.D.G., se cambió de ropa y se lavó la sangre.
Esta mañana también han comparecido tres agentes de la Guardia Civil, las primeras personas que acudieron a la vivienda de Guillermo Castillo tras recibir la llamada de su hija al no localizarle la mañana del 2 de mayo de 2023, después del crimen.
Todos han valorado la dificultad de que fuera una sola persona la que moviera o arrastrara el cuerpo de Guillermo tras la agresión. "Sería muy difícil mover un cuerpo y dejarlo en el baño una persona sola" y aseguran que "los grilletes no se pusieron voluntariamente".
PENAS
En el caso de ser declarados culpables, la Fiscalía solicita una pena de 27 años de cárcel para cada uno de los acusados, 23 por asesinato con alevosía y otros 4 años por robo en casa habitada para C.S.R. En el caso de A.D.G. le piden 4 años y nueve meses por el delito de robo. Por su parte, la familia solicita la prisión permanente revisable.
Además, la Fiscal también reclama una pena de libertad vigilada durante diez años para ambos y que indemnicen con 300.000 euros a los dos hijos de la víctima.