LOGROÑO, 3 Dic. (EUROPA PRESS) -
El desempleo se ha mantenido prácticamente estable en noviembre en La Rioja, con una ligera subida de 19 personas, todas ellas hombres (42 más), frente a las mujeres cuyo nivel de desempleo se reducen en 23 personas, aunque continúan representando el 60 por ciento del total, ha destacado UGT.
Así, La Rioja registró este mes una tasa de paro del 7,79 por ciento con 12.537 personas desempleadas, el 62 por ciento de ellas en el sector servicios, que reduce en 60 personas el desempleo, frente a Industria que sube en 68 personas y el sector de la Construcción, que concluye noviembre con 32 nuevos parados.
En cuanto a contratación, La Rioja sigue incrementando la creación de empleo indefinido; esta modalidad de contratación sigue subiendo en porcentaje y supone ya el 37,06 por ciento del total de contratos registrados en noviembre. Una evolución "francamente positiva teniendo en cuenta que la contratación indefinida suponía en noviembre de 2021 tan solo el 13,6 por ciento, 23,5 puntos menos que en la actualidad, lo que se debe al impacto positivo que sigue generando la reforma laboral".
Por otro lado, en cuanto a afiliación a la Seguridad Social, el sector de Educación, con 485 nuevas personas afiliadas ha contrarrestado la importante caída registrada en el sector agrario, que este mes se reduce en 228 personas, e Industria, cuya afiliación se reduce también en 100 personas.
Así las cosas, UGT considera que es el momento de seguir mejorando cuestiones pendientes del mercado laboral, para hacerlo más eficiente y justo. En este sentido, además de insistir en la reducción de la temporalidad, es preciso avanzar en tres ámbitos: primero, seguir mejorando el SMI y alcanzar en la negociación colectiva aumentos salarios que permitan recuperar todo el poder de compra perdido con la crisis inflacionista; segundo, atacar el paro de larga duración; y tercero, reducir la involuntariedad del tiempo parcial (46,9 por ciento), que es la principal fuente de pobreza laboral en nuestro país.
A su vez, hay que incidir en la necesaria reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales en el próximo año, como primer paso para conseguir la jornada laboral de 32 horas, que permita una mejor redistribución de las horas de trabajo, favoreciendo la conciliación de la vida laboral y familiar para las personas trabajadoras, a la vez que una ganancia de productividad y eficiencia económica para las empresas.
En definitiva, la experiencia de la reforma laboral en estos casi tres años de vigencia, así como las subidas del SMI de los últimos años, muestra que mejorar las condiciones laborales de las personas trabajadoras no repercute de manera negativa sobre el crecimiento de la economía española; todo lo contrario, lo incentiva, conformando una senda de desarrollo económico socialmente más justa, sólida y sostenida en el tiempo.