MADRID 23 Oct. (EUROPA PRESS) -
Los Teatros del Canal de la Comunidad de Madrid presentan 'Cartas de amor', una obra escrita por el dramaturgo A. R. Gurney, protagonizada por Julia Gutiérrez Caba y Miguel Rellán y dirigida por David Serrano, que hace un retrato de la decadencia de la clase alta norteamericana, ha informado Los Teatros del Canal en un comunicado.
Esta obra estará en la Sala Verde del 29 de septiembre al 23 de octubre y se centra en dos personajes: Melissa Gardner y Andrew Makepeace Ladd III, que, sentado uno al lado del otro frente a sendas mesas o escritorios, leen en voz alta las notas, cartas y postales, en las que, durante casi cincuenta años, se cuentan las esperanzas, ambiciones, sueños, decepciones, victorias y fracasos que van teniendo a lo largo de su vida.
La historia trata sobre una historia amorosa. Andrew Makepeace Ladd III y Melissa Gardner, ambos nacidos en el seno de una familia rica y de buena posición, son amigos de la infancia, y su correspondencia comienza con una tarjeta de agradecimiento por un cumpleaños y continúa con postales desde sus lugares de veraneo. Se suceden cartas en las que se manifiesta una atracción mutua, a lo largo de su periplo en internados y universidades.
Mientras que Andy estudia leyes en Yale con excelentes notas, Melissa va de colegio en colegio suspendiendo. Andy se va a la guerra, Melissa se casa, pero su nexo con Andy permanece fuerte y mantiene el contacto incluso cuando éste se casa, se convierte en un abogado de éxito, se mete en política y, eventualmente, es elegido para el Senado de los Estados Unidos.
Mientras tanto, con un matrimonio destrozado, Melissa coquetea con el arte y los gigolos. Eventualmente ella y Andy tienen una aventura amorosa breve, pero ya es demasiado tarde para ellos.
Cuando el dramaturgo A.R. Gurney empezó a crear Cartas de amor tenía la intención de escribir un libro. Le envió el manuscrito a The New Yorker, pero se lo devolvieron de inmediato diciendo: "Nosotros no publicamos teatro". Así que, siguiendo el consejo de la revista, Gurney decidió intentar rescribirlo como una obra de teatro para dos personas en la que dos actores se leían una serie de cartas mutuamente.
El dramaturgo no se imaginó que esa obra se convertiría en finalista de los Premios Pulitzer.