MADRID, 5 Sep. (EUROPA PRESS) -
Hasta 120 rosas --doce ramos, uno por cada parque existente, con diez rosas cada uno-- homenajean este martes, 5 de septiembre, a los diez bomberos del Ayuntamiento de Madrid que perdieron la vida hace hoy 30 años en el incendio desatado en lo que eran los Almacenes Arias, en el número 29 de la calle Montera.
Familiares emocionados, como un par de adolescentes a los que su madre les sigue hablando de su tío para que le recuerden aunque no le llegaron a conocer; decenas de madrileños; concejales de la oposición; el delegado de Seguridad y Emergencias, Javier Barbero; la primera teniente de alcalde, Marta Higueras, y bomberos se han dado cita en el homenaje anual a esos "soldados sin ejército que galopaban entre llamas" y que "querían llegar antes pero que se fueron los primeros".
Son algunos de los fragmentos del poema leído por el ahora suboficial jefe de área, Emeterio García, cabo destinado en el parque 5, el de Santa María de la Cabeza, hace 30 años. "Aún echamos de menos a quienes se fueron sin equipaje, de madrugada y con lo puesto, sin rencor, ni ira ni remordimiento a cambio de cariño y esmero", ha asegurado.
Reconoce que tiene grabado en la cabeza ese fatídico viernes de septiembre de 1987 y recuerda hasta la hora a la que comenzó a arder Almacenes Arias, las 19.45 horas. El parque más cercano, el número 5, fue el primero en llegar: lo hicieron en cuatro minutos. Ese día 122 bomberos estaban de guardia, 88 de ellos en el incendio de Almacenes Arias.
Las llamas amenazaban con extenderse por todo el centro de Madrid en un día de verano pero lo peor estaba por llegar, el desplome del edificio de seis alturas, que dejó dentro la vida de diez bomberos. "Colapsó la crujía central", ha relatado este superviviente de la tragedia, que tiene claro el origen.
"El Ayuntamiento no había permitido unas obras (unos huecos entre los edificios de los números 29 y 31) entre las crujías para pasar las mercancías. Por ahí es por donde se propagó el incendio", ha analizado. Con esas obras se habían instalado escaleras mecánicas en todas las plantas, con 7,7 toneladas de peso por cada tramo, unido a una torre de refrigeración en la terraza transitable, de 7,5 toneladas. Además "el edificio no estaba bien soldado en su interior".
El fuego comenzó en el número 31 de la calle Montera, destinado a almacén, y se propagó al 29, el comercio. En definitiva, "eran edificios que se habían salido del proyecto inicial presentado al Ayuntamiento".
Treinta años después no puede olvidar. "Me quedé sentado en lo que eran Los Guerrilleros, llorando, pensando que habían quedado muchos compañeros", ha recordado. Tampoco se olvida de su amigo Marueño, que fue quien le salvó la vida al entrar a rescatarle.
Este bombero tiene claro que la tragedia de los Almacenes Arias marcó un antes y un después en los servicios de emergencias porque las autoridades entendieron que no se podía escatimar en medios. Desde entonces "entró más gente, se formó a más compañeros, cambiaron el equipamiento, compraron vehículos...".
El delegado de Seguridad y Emergencias, Javier Barbero, ha reconocido que no es fácil hablar de la muerte en una sociedad que trata de mirar a otro lado para evitar el sufrimiento que acarrea y ha aplaudido la fortaleza de bomberos y familiares que se siguen reuniendo 30 años después para recordar a los que perdieron la vida en acto de servicio. "Han decidido que no queremos olvidar", ni a ellos ni los valores que representan, "la entrega, la solidaridad, el estar al pie del cañón ante las dificultades", ha subrayado.