La gran diversidad acoge desde restos de 'oso perro' y 'oso lobo' a los de mastodontes de la época
MADRID, 4 Ene. (EUROPA PRESS) -
Más de 15.000 fósiles hallados entre el año 2008 y 2009 en dos yacimientos descubiertos a raíz de unas obras de Metro para la instalación de ascensores en la estación de Carpetana (línea 6) explican la historia de la gran diversidad de fauna y flora de hace más de 14 millones de años --los restos encontrados datan del Mioceno --.
Aunque el hallazgo era conocido ya, hoy el vicepresidente y consejero de Cultura y Deportes, Ignacio González, inauguró un "pequeño museo" en la propia estación que recogen los pasos que siguieron los paleontólogos tras encontrar los fósiles y la historia de muchos animales, como la del oso-perro, extinguidos en la actualidad.
"Una vez, aprovechando los trabajos de remodelación del Metro, se ha producido esa simbiosis que hay siempre en sus obras en la profundidad con la recuperación de nuestro patrimonio histórico artístico", indicó González, quien destacó la importancia de este descubrimiento por su variedad y su "extraordinario" estado de conservación.
De los 15.000 fósiles hallados, el consejero de Cultura explicó que más de 10.000 están identificados, y que, en el caso de la flora, se ha podido determinar el ecosistema existente entonces por el polen fósil encontrado. "Son muy completos (los yacimientos) para descubrir la fauna, flora y el sistema de vida en ese momento", indicó.
El museo, que se divide en cuatro espacios, cuenta con algunas reproducciones de los restos "más curiosos" encontrados, según explicó una paleontóloga de la Comunidad, María Elena Nicolás, quien detalló que se ha optado por esta opción por las condiciones de la estación. Estas réplicas, idénticas a los modelos reales, están hechas en resina de alta resolución.
Por su parte, los fósiles encontrados se dirigen siempre, como establece la normativa, a ubicaciones museísticas, en concreto, al Museo de Ciencias Naturales, y al Museo Arqueológico Regional. "Es un contingente elevado, y en estos momentos, los están restaurando y catalogando", explicó Nicolás, si bien avanzó que buena parte está terminada.
El origen de este descubrimiento viene de las obras que Metro de Madrid, a través de la empresa responsable de la remodelación, Sacyr, halló a 10 metros de cota bajo el nivel de la vía en la zona, un primer yacimiento, aunque la "sorpresa" llegó cuando a otros 10 metros bajo este yacimiento, se encontró un segundo con restos, en su mayoría, de mastodontes, carnívoros y microvertebrados.
Sobre la "joya" de los yacimientos, la paleontóloga no tiene dudas: la diversidad de flora y fauna. Así, se destacan mandíbulas de caballo primitivo (Anchitherium), restos de mastodontes (Gomphotherium angustidens), así como de Rinocerontes, rumiantes(cérvidos, bóvidos), tortugas gigantes y otros restos de carnívoros, generalmente menos abundantes.
También se han hallado varias piezas de una especie de lobo (Hemycion sansaniensis) al que han denominado 'oso lobo' porque tenían aspecto de grandes lobos con el tamaño similar de un tigre. Se alimentaban de carroña e iban en manada para dar caza a antílopes y gacelas.
Asimismo, destacan incluso restos abundantes (mandíbulas, caninos) de anficiónidos (Amphycion giganteus), el carnívoro de mayor tamaño en el Mioceno Medio (unos 300 kilos). Predador y carroñero, contaban con una morfología intermedia entre oso y perro, que ocupaba la cima de la pirámide trófica en esta época en Madrid.
UNA REPRODUCCIÓN DEL MASTODONTE
El primero de los espacios del museo, en los torniquetes de una de las dos entradas de la estación, cuenta con un panel en vinilo con las imágenes que representan el paleoambiente existente cuando se formó el yacimiento 1. Además de los mastodontes, las muestras de polen de ese nivel han proporcionado varios granos fósiles de sauces, álamos, robles, hayas y abetos.
Además, en esa misma zona expositiva, se ha incluido una reconstrucción en la que aparecen gonfoterios y un ciervo denominado Heteroprox con los ambientes, especies vegetales y biotopos existentes entonces en Carpetana.
En un segundo espacio, cercano a unos ascensores, se recrea el paleoambiente existente en Carpetana cuando se formó el yacimiento 2, hace aproximadamente 14 millones de años, y se encuentran representadas algunas faunas de las halladas en las excavaciones. Se representan el oso-perro, el oso-lobo, un felino en la parte superior de un árbol, una tortuga gigante, rinocerontes y un jabalí.
Este espacio es el único sitio que permite observar las réplicas de los fósiles, debido a que existe más espacio y está en una zona que permite al viajero detenerse. Por ello, hay dos vitrinas alargadas horizontales donde se ubican estas reproducciones que se han recuperado en la excavación de la estación, realizadas por el Laboratorio de Restauración y Moldeo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid.
Entre ellas se encuentran piezas como la mandíbula de suido (jabalí primitivo), mandíbulas de rinoceronte, mandíbulas de oso lobo, varias mandíbulas de anquiterios (pequeños caballos primitivos con tres dedos) y mandíbula de oso-perro.
En tercer lugar, junto a un acceso nuevo de la estación, se encuentra una reconstrucción a escala de una de las especies emblemáticas del Mioceno madrileño: un gonfoterio o mastodonte, de gran tamaño (alcanzaba los cuatro metros de altura) y parecido con un elefante pero con cuatro defensas, en lugar de los dos que tiene el paquidermo actual.
Junto a la reconstrucción del animal, hay dos réplicas de fósiles de mastodonte aparecidas en las excavaciones en Carpetana, el fragmento de un maxilar y muelas y el de una defensa superior.