Este colegio utiliza "metodologías activas" para que los niños adquieran conocimientos sin utilizar libros de texto
MADRID, 13 Abr. (EUROPA PRESS) -
Los alumnos del colegio público Manuel Núñez de Arenas, que se ubica en El Pozo del Tío Raimundo (Vallecas), han comenzando una campaña de crowdfunding para recaudar fondos (https://gf.me/v/c/krzm/del-pozo-a-santiago-queremos-cumplir-la-meta) y hacer el Camino de Santiago, un "proyecto de aprendizaje" para estos menores ya que el centro educativo utiliza "metodologías activas" y no libros de texto.
"Surgió la necesidad de hacer un viaje de fin de curso debido a que el próximo año se marchan al instituto. Es una actividad especial ya que, después de haber estado bastante tiempo encerrados, necesitan ese contacto con la naturaleza y tener retos personales, como aumentar su confianza y su autonomía", ha explicado la coordinadora del proyecto, Vanesa Sánchez, en declaraciones a Europa Press.
Este colegio no es uno cualquiera ya que se caracteriza por utilizar metodologías activas para que los niños aprendan. En este sentido, los profesores no utilizan libros de texto y cada año, dependiendo del trimestre y la situación, eligen un proyecto para que adquieran conocimientos. En este caso, será realizar el Camino de Santiago.
"Con este recorrido, los estudiantes van a aprender los conocimientos que se piden en el currículo de Educación Primaria. ¿Qué queremos saber del camino? ¿Qué queremos hacer? ¿Qué sabemos? A partir de estas preguntas, vamos a empezar a trabajar", ha detallado la coordinadora.
El objetivo de la recaudación es llegar a los 3.500 euros, un presupuesto que los alumnos han elaborado después de haber realizado otras actividades, como una rifa o crear unas camisetas. Pero para evitar que la actividad "fuera excluyente con los alumnos en riesgo de exclusión social", el centro ha decidido realizar este crowdfunding "para dar una oportunidad a todos".
De esta forma, el presupuesto está limitado "para las cosas más importantes": una furgoneta para llevar el equipaje de ocho días, unos menús saludables y la estancia para los albergues. El recorrido se dividirá en cinco etapas y los niños caminarán 100 kilómetros para conseguir la compostelana.
UN COLEGIO 'DIFERENTE' A LOS DEMÁS
"Hace diez años, este centro educativo era un gueto, prácticamente, del alumnado y del barrio. Entonces, ocurrió un giro y llegaron las metodologías activas, como el trabajo por proyectos o el aprendizaje cooperativo. Por ejemplo, para adquirir conocimientos, en matemáticas se utilizaba el ABN", ha resaltado la coordinadora.
El colegio Manuel Núñez de Arenas ahora tiene como "su seña de identidad" la música, un centro bilingüe en arte que los jueves "vive una transformación" y acoge actividades con profesores de chelo, violín, cajón, guitarra, teatro y danza. Así, los alumnos de 3º a 6º de Primaria van rotando entre los distintos talleres. Mientras, los niños de Infantil y los menores de primero y segundo tienen estas actividades los viernes.
"Nosotros lo subvencionamos todo porque la Comunidad de Madrid no nos da absolutamente nada. Las familias, asociaciones y organizaciones del barrio también participan. Por ejemplo, si haces un proyecto del cuerpo humano, viene una madre que es enfermera para sacar sangre", ha señalado la Sánchez.
De esta forma, el colegio organiza también los 'grupos interactivos', unas actividades que duran diez minutos y que van rotando en el aula con contenido curricular y con un fin cooperativo. En cada uno debe haber un adulto y los profesores se organizan con los voluntarios, que puede ser un padre, una vecina o un abuelo. La coordinadora ha subrayado que "no se imaginaría este centro sin el compromiso de las familias y los profesores". "Hacemos una comunidad de aprendizaje", ha resaltado.
EFECTOS DE LA PANDEMIA
La pandemia ha afectado a estas iniciativas pero los niños de Infantil han comenzado a salir al aire libre. La "meta" es conseguir que los de Primaria también se incorporen, ha explicado Sánchez.
"La Covid-19 ha sido durísima. Muchos de nuestros alumnos no tenía recursos tecnológicos y a veces era imposible contactar con ellos. Por no hablar de la falta de alimentos. Muchas familias se buscaban la vida a diario. No sabíamos si comían bien o no. Nos preocupamos mucho", ha explicado la coordinadora.
Los profesores y familias del barrio se encargaron de llevar cestas de comida semanales a estas familias o a quienes no llegaban al mes. La coordinadora ha lamentado que, a nivel curricular, muchos estudiantes se perdieron. Sobre todo, el alumnado en riesgo de exclusión y sin recursos, lo que ha provocado "mucho absentismo".
"Algunos nos decían que estaban tristes y a otros no les apetecía hacer nada de nuestras propuestas. Ha sido bastante duro y más para ellos porque estuvieron mucho tiempo sin verse. Por ello, queremos cerrar su último curso con broche y yo creo que esta experiencia se lo va a proporcionar. Será una experiencia inolvidable", ha asegurado Sánchez.