MADRID, 6 Abr. (EUROPA PRESS) -
El Arzobispado de Alcalá de Henares está pidiendo ayuda para recuperar un relieve de alabastro del siglo XV, conocido como 'Relieve de Templanza', y que fue hallado hace unos meses en una casa de subastas de Londres, una importante pieza histórica que se perdió tras la Guerra Civil española.
Según ha explicado a Europa Press el rector de la catedral complutense, Juan Miguel Prim, hace unos meses la galería de arte Sam Fogg de Londres les informó de que habían adquirido el relieve. Entonces, se pusieron en contacto con el Ministerio del Interior, que a través de la Unidad Central Operativa de Patrimonio y la Interpol han reclamado la pieza al museo.
No obstante, para evitar largas esperas y procesos judiciales para recuperar la pieza artística, y teniendo en cuenta que la galería ha actuado "de buena fe", según Prim, la institución eclesial ha llegado a un acuerdo para comprársela a un precio "razonable". Así, con el coste de la propia obra (25.600 €), e incluida la restauración y el transporte, el importe total será de casi 30.000 euros.
Algo más de la mitad correrá a cargo del Arzobispado, mientras que para recaudar el resto del dinero han organizado una campaña de micromecenazgo a través de la web 'Hispania Nostra', que ha abierto esta misma semana y que sólo lleva recogido poco más de 200 euros hasta este jueves.
Además, gracias a esta investigación también ha sido localizada un segundo relieve del mismo sepulcro en el museo de la Fundación Arrese de la localidad navarra de Corella, que será enviada próximamente a la catedral complutense. En compensación, les entregarán una réplica de la misma obra.
LA HISTORIA DE LOS RELIEVES
Los dos relieves de alabastro, de 82 x 62,5 centímetros cada uno, que hasta ahora se creían destruidos, pertenecen al sepulcro del arzobispo Alonso Carrillo de Acuña (1410-1482). Han sido calificados por los expertos como "dos tesoros de alabastro que permitirán la restauración de uno de los sepulcros más importantes de la escultura tardo-gótica española".
El arzobispo Carrillo, uno de los personas políticos más relevantes del siglo XV en España y uno de los importantes apoyos de Juana la Beltraneja frente la Isabel I de Castilla en la guerra de sucesión castellana, murió en Alcalá de Henares el 1 de junio de 1482, siendo enterrado en la capilla mayor del convento franciscano de Santa María de Jesús, también llamado de San Diego, por él fundado.
En los años siguientes, el maestro Sebastián de Toledo labró un sepulcro para él que fue instalado allí hasta la desamortización de Mendizábal. Los restos del arzobispo Carrillo fueron exhumados en 1856 y trasladados a la iglesia Magistral de Alcalá, actual catedral, junto con las piezas del sepulcro, que habían permanecido desmontadas en el antiguo convento. En 1857 concluyó la restauración del sepulcro, que quedó instalado a los pies de la nave central de la Magistral.
En 1936, al inicio de la Guerra Civil, la catedral fue incendiada y saqueada, dañándose el sepulcro. Durante casi 60 años sus fragmentos permanecieron almacenados en la catedral hasta que en 1997 fueron restaurados. Entonces, los expertos comprobaron que faltaban varias piezas. Ahora, dos de ellas, de las más importante desaparecidas, volverán a su lugar original.