MADRID, 14 Ago. (EUROPA PRESS) -
El Área de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid ha licitado por 253.810,71 euros, impuestos incluidos, el desmontaje, cimentación y rehabilitación de un tramo de 32 metros del muro histórico del Vivero de Casa de Campo, que está deteriorado y apuntalado.
El Consistorio prevé que los trabajos comiencen a principios de septiembre y se prolonguen hasta seis meses, según el expediente de obra al que ha tenido acceso a Europa Press y que ha adelantado este lunes el diario ABC, donde se detallan que se respetarán los materiales y técnicas tradicionales a la hora de garantizará la estabilidad y la seguridad de la estructura.
El tramo a intervenir se ubica en la Casa de Campo, junto a la Plaza Morelas, perpendicular con el Paseo de Piñoneros del parque que continúa el resto del vallado que se mantiene en perfectas condiciones. Por el momento el proyecto está pendiente de adjudicar, confirman fuentes municipales.
La solución elegida por los técnicos municipales es la reposición del muro "en la misma disposición y dimensiones actuales", respetando los materiales con los que cuenta el muro en la actualidad. "Con las mismas franjas de tejar y piedra de sílex y el mismo mortero", ha detallado el pliego.
En este sentido, los trabajos comenzarán con el desmontaje "manual" de la estructura, que será "almacenada" para realizar una "nueva cimentación". Sobre ella arrancará, "con las condiciones geotécnicas adecuadas", el muro propiamente dicho. "Se realizará con las mismas técnicas y con los mismos materiales tradicionales", ha ahondado la documentación.
Medio Ambiente había barajado otras intervenciones, como mantener el actual apuntalado de madera, que "no garantiza la seguridad del muro", o directamente enderezar esta parte del muro, lo que también se ha descartado porque "no resistiría los esfuerzos de la tracción", "debido a su estado total de deterioro del mortero por la humedad de la zona".
El expediente también ha planteado las razones del deterioro de este tramo del muro, 32 metros de los 640 metros de longitud total con los que cuenta el mismo. El arquitecto redactor ha enumerado hasta tres motivos: uno vegetal, otro geotécnico y uno constructivo.
El redactor se refiere a un latonero, un árbol similar al olmo que creció desde principios del siglo XX cerca del muro. Fue talado en 2015, pero sus raíces habrían seguido afectando al muro. También los terrenos sobre los que se asienta este tramo son sedimentos del Manzanares, y la humedad del entorno habría provocado la ruptura entre estructura y cimentación.
Los pliegos asumen que "procedería un estudio arqueológico completo del muro", lo que no compete a este expediente de obra. Sin embargo, los trabajos deberán estar supervisados durante los seis meses "por un seguimiento arqueológico".