La biblioteca 'Resistiré' del hospital de Ifema recibe el Premio Antonio de Sancha de Asociación de Editores de Madrid

Biblioteca 'Resistiré' en el hospital de campaña de Ifema
Biblioteca 'Resistiré' en el hospital de campaña de Ifema - EMERGENCIAS MADRID - Archivo
Publicado: jueves, 3 diciembre 2020 12:33


MADRID, 3 Dic. (EUROPA PRESS) -

La Asociación de Editores de Madrid (AEM) entrega hoy miércoles el Premio Antonio de Sancha 2020 a la Biblioteca 'Resistiré' del hospital de Ifema "por pensar en los libros y la lectura como una forma de soportar mejor la enfermedad y el aislamiento que supone estar ingresado en un hospital de estas características en esta pandemia".

El reconocimiento está dirigido los principales responsables de la biblioteca: las enfermeras del Summa 112 Ana Ruiz y Alba Justicia, promotoras de la iniciativa, y los voluntarios de Samur-Protección Civil Mar Eguiluz y José Luis Molinero, que la gestionaron cada día desde su puesta en marcha el pasado 30 de marzo.

Con ello, la asociación de editores ha querido "ejemplificar y aunar las cualidades colectivas de abnegación y sacrificio demostradas por sanitarios, profesionales y voluntarios de toda índole que luchan contra esta enfermedad, con el empeño de Ana, Alba, Mary y José Luis de considerar a los libros como magníficos recursos terapéuticos contra el dolor, la soledad y el desaliento".

LA BIBLIOTECA

La biblioteca nació el 30 de marzo, cuando la enfermera del Summa Ana Ruiz cargó el primer carro con los libros recopilados por ella misma, que sus compañeras del Club de Lectura 'La Chata' donaron. A la iniciativa se unió la también enfermera Alba Justicia con una donación de cerca de 80 libros de su biblioteca particular y la movilización de sus compañeros.

Para que Ana y Alba pudieran continuar con sus responsabilidades como sanitarias, los voluntarios Mar Eguiluz y José Luis Molinero tomaron el relevo en la recogida de libros y gestión de la biblioteca.

Desde aquel 30 de marzo los 6 carritos instalados en los pabellones 7 y 9 --y el carrito móvil para acercar la literatura a los pacientes con problemas de movilidad-- recibieron más de 4.000 libros. Las promotoras y voluntarios pedían siempre que se limpiaran y airearan bien antes de donarlos; y los pacientes que se acercaran a por un libro se lo quedarán como objeto personal.

Muchos de los libros llegaron con dedicatorias para los pacientes, con mensajes de aliento de donantes anónimos y también reconocidos que han querido aportar su granito de arena.

La Biblioteca Resistiré recibió donaciones de particulares, empresas privadas, ONGs, colegios profesionales, ayuntamientos o Comunidad de Madrid, que dotaron a los pacientes de libros, revistas, pasatiempos, material de papelería y gafas de lectura.

Según explicaron en la nota de prensa de la concesión del premio, la respuesta ciudadana con esta iniciativa fue "apabullante" y, a pesar de que pidieron que se paralicen los ofrecimientos temporalmente, siguen llegando libros. Por eso extendieron en aquel momento la solidaridad a otros hospitales y a los hoteles medicalizados, donde abrieron 'delegaciones'.

ANA RUIZ

Para los responsables de la biblioteca, el 90 por ciento de los pacientes en condiciones de leer pasaron por la biblioteca. "Verles sanar y leer ha sido absolutamente gratificante", dijo Ana Ruiz, quien se define como una "enfermera lectora".

Su afición por la lectura la llevó hace muchos años a formar parte de un club de lectura, 'La Chata', enteramente femenino en su barrio Carabanchel. Es enfermera titulada del Summa-112, madre de tres hijos y autora intelectual de esta biblioteca, que comenzó con la aportación de sus compañeras de club de lectura.

"Unos días después lo puse en Facebook. Yo no controlo mucho las redes y lo puse en público. La respuesta fue abrumadora. Yo solo decía: 'por favor, limpiadlos antes'", recordaba.

Ana se sintió muy honrada por ser mencionada como impulsora de esta idea, pero aún le emociona mucho más asumir de forma simbólica la representación del trabajo de sus compañeros profesionales sanitarios y voluntarios de diferentes agrupaciones que tratan, a través de los libros, de ayudar a sus pacientes a soportar mejor la enfermedad y el aislamiento.

"Un libro es algo que te hace tanta compañía y que te lleva a otros mundos, a otra historia, a otros momentos; y eso ayuda a quitar la parte más dramática de lo que están viviendo, a pesar de que en Ifema pasaron cosas muy bonitas", dijo.

ALBA JUSTICIA

Al conocer la idea de Ana sobre la biblioteca Alba Justicia llevó a Ifema cerca de 80 libros de su biblioteca personal y movilizó a sus compañeros. Alba es enfermera titulada del Summa desde 2005. "Trabajé en hospital y en primaria, pero mi vocación siempre ha sido urgencia y emergencia, enfermería de batalla", explicó.

En sus turnos aprovechaba para dejarles alguna sorpresa a los pacientes, gominolas, una tarjeta, una manualidad hecha por ella misma, etcétera.

"Soy cuidadora por naturaleza. De los pacientes, de los amigos, de la familia. Mis pasiones son viajar y leer. Leo cada día, y durante muchos años he animado a mis amigos a que leyeran. Les recomendaba Sin noticias de Gurb, de Eduardo Mendoza, porque es un libro divertido, sencillo que te atrapa y que les podía aficionar", señalaba Alba.

MAR EGUILUZ

Por su parte, Mar Eguiluz, voluntaria del Samur-Protección Civil y regidora de espectáculos teatrales, explicó que su idea de voluntariado le viene de lejos, desde que a los 15 colaborase con la Fundacion Maite León.

Después estuvo con la ONG Payasos sin Fronteras en Mostar y Sarajevo -en plena guerra- y en Palestina y Cisjordania. Hace cuatro años cumplió un sueño: estudió el grado de técnico en emergencias y dos años después ingresó en el Cuerpo de Voluntarios de Samur, en el que lleva un año.

"La directora de recursos humanos de Protección Civil me llamó para pedirme que fuera parte de su equipo en el hospital que se estaba creando en Ifema. Hablé con mi familia (mi marido y mi hija de 18 años) de los riesgos, del tiempo, de la presión y de lo que podía significar todo esto. Los dos me apoyaron incondicionalmente (estoy muy orgullosa de los dos) y un domingo hace ya 4 semanas vine para el hospital de campaña", afirmó

En el hospital se ocupó de tareas administrativas relacionadas con admisión de pacientes, en asignación de camas y en la gestión de la Biblioteca Resistiré, a quien ella misma bautizó, y en la que realizó, junto a José Luis, todo el trabajo de clasificación y de distribución de los libros entre los enfermos.

Logró además gestionar a cargo del Colegio de Ópticos de Madrid la entrega gratuita de gafas de aumento. "La lectura es parte de mi vida, heredé esta pasión de mis padres y se la he transmitido a mi hija, cuyo hobby con 18 años es devorar libros. En la biblioteca recogía los libros descolocados y los reorganizo, aconsejo (bajo mi humilde criterio), busco títulos y ayudo, doy gafas de lectura si lo necesitan y les escucho", detalla.

JOSÉ LUIS MOLINERO

El voluntario José Luis Molinero es periodista y escritor. Cuando le propusieron colaborar con la Biblioteca Resistiré puso a disposición su coche y su tiempo. Se encargaba en las mañanas de ir a recoger todas las donaciones.

"Me llegaban cientos de emails con ofrecimientos. Mi mujer y mis hijos de 11 y 12 años me ayudaban a gestionar todo ese correo. Después trazaba la ruta y hacía la recogida", recuerda

Además de las tareas de bibliotecario improvisado, José Luis también actuó como consejero de lecturas y gestiona pedidos de libros que le solicitan los enfermos y que no están en los carros. "Para mí fue una experiencia increíble, la que más me ha reconfortado y una de las más importantes de mi vida. Solo ver la respuesta de los pacientes, ver la satisfacción, el optimismo, las ganas de vivir; ver cómo les ayudan los libros, para mí ha sido la experiencia más trascendental -aparte de la personal- de toda mi vida", relataba entonces.

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