MADRID, 2 Dic. (EUROPA PRESS) -
La empresa pública Canal de Isabel II está testando tecnologías para instalar 'gasineras' que se tratan de instalaciones que transforman el gas que liberan los fangos de depuración en un combustible ecológico e inagotable.
Según ha adelantado 'El Mundo' y han confirmado a Europa Press fuentes de la Consejería de Medio Ambiente, el biogás que se obtiene sirve para mover los coches del propio Canal de Isabel II con lo que es "un claro modelo de economía circular" al aprovechar el ciclo integral del agua.
De manera continua, las depuradoras reciben la materia orgánica líquida generada por las ciudades a través de la red de colectores y emisarios que compone el sistema de drenaje urbano. En ellas, el agua se trata para devolverla en las mejores condiciones a los cauces de los ríos, y la contaminación que llega en el agua residual que tratan, una vez eliminada, se concentra en forma de fangos cuya principal aplicación es la agrícola.
Dichos fangos son un subproducto que ya, en el marco de una estrategia completa de fomento de la economía circular, tiene un uso agrícola en forma de lodo desecado o compost que sirve como abono para el campo, y cuya autorización para su uso depende de la Consejería de Medio Ambiente.
Pero, además, este subproducto genera, a su vez, otro subproducto extra, o sea, un "subsubproducto" cuyo tratamiento mediante digestiones anaerobias produce grandes cantidades de biogás.
El biogás, además de ser una energía renovable, tiene dos valores añadidos que la hacen estar en un escalón por encima de la solar o la eólica. Es una energía almacenable y es de producción ininterrumpida, porque no está sometida a intermitencia ni depende de las condiciones y meteorológicas, porque las ciudades producen de manera continua la materia prima con la que trabajan las depuradoras.
USO COMO COMBUSTIBLE VEHICULAR
Mientras haya población que atender, el Gobierno regional ha señalado que habrá generación de biogás a partir de su agua residual y su producción se puede almacenar en gasómetros o descomponer en hidrógeno para pilas de combustible.
Y una de las posibles aplicaciones que tiene este biogás es su uso como combustible vehicular que simplemente eliminando el CO2 que lleva en sí, este gas se convierte en biometano, un combustible formidable que no emite partículas ni dióxido de azufre; reduce en un 85 por ciento los óxidos de nitrógeno emitidos; las emisiones de CO2 de efecto invernadero son nulas por su efecto neutro y reduce en un 50 por ciento las emisiones acústicas.
De este modo, desde hace algo más de un año, Canal está probando distintas tecnologías que eliminan el CO2 de este biogás y ha instalado tres gasineras como proyecto piloto, en coordinación con el Ayuntamiento de Madrid, en las depuradoras de La Gavia, Viveros de la Villa y Butarque, esta última, de más capacidad, preparada para abastecer a camiones y autobuses.
Todas ellas permitirán proveer de biometano, un combustible 0 emisiones y con gran poder calorífico, a más de una veintena de vehículos diarios.
En estas plantas piloto se están comprobando las posibilidades de las distintas tecnologías, su robustez ante imprevistos, sus consumos específicos, su continuidad y sus rutinas de mantenimiento. La depuradora de La Gavia cuenta con una planta piloto con una capacidad de producción de 0,3 Nm3/h, es decir, dos repostajes semanales a un turismo.
El proceso de eliminación del CO2 se basa en su disolución en agua de decantación primaria. El agua y el biogás se hacen circular a contracorriente en torres de unos 2,5 m de altura en dos etapas.
Según estas mismas fuentes, el proceso es especialmente "ventajoso" para las depuradoras al contar estas con gran abundancia de agua para el proceso y es una tecnología que ha demostrado que aúna simplicidad, bajos consumos específicos y no requiere pretratamientos previos al biogás.
Con más de un año de funcionamiento y 10.000 kilómetros recorridos con los vehículos, la planta ha demostrado su fiabilidad ya que la segunda planta piloto se encuentra en la depuradora de Viveros de la Villa. Es una instalación con una capacidad de producción de biometano de 4 Nm3/h.
Por último, en la depuradora de Butarque, finalizó hace dos meses la instalación de una tercera planta con capacidad de 100 Nm3/h. Su puesta en marcha se enmarca en el proyecto europeo ECO-GATE que pretende promover el uso del biometano comprimido en el corredor Atlántico (Portugal, España y Francia) y su interconexión con corredor Rin-Danubio, creando una red de puntos de repostaje que lo hagan viable. Con esta instalación se testará por primera vez en España la inyección de biometano en red de distribución de gas.
El uso del biometano como combustible vehicular es una muestra más de cómo el agua residual "ha dejado de ser un problema para convertirse en una oportunidad" ya que si a principios del siglo XIX las depuradoras frenaron la contaminación de los cauces en las zonas urbanas y, con ello, las muertes por enfermedades como el cólera o las fiebres tifoideas, actualmente "abren una nueva ventana a nuevos modelos de movilidad sostenible y pueden ayudar".