Carla Nyman propone un "rapto sensorial" desde el surrealismo para cuestionar la represión del malestar en 'Hysteria'

I-D: Mariano Estudillo, Carla Nyman y Lluna Issa Casterà durante la presentación de 'Hysteria', cuyo estreno acoge Teatro de La Abadía.
I-D: Mariano Estudillo, Carla Nyman y Lluna Issa Casterà durante la presentación de 'Hysteria', cuyo estreno acoge Teatro de La Abadía. - EUROPA PRESS
Publicado: martes, 24 septiembre 2024 12:28

El madrileño Teatro de La Abadía acoge el estreno de esta reflexión sobre la disidencia ante la lógica impuesta y la insatisfacción

MADRID, 24 Sep. (EUROPA PRESS) -

La dramaturga Carla Nyman propone en 'Hysteria' un "rapto sensorial" que ensambla lo físico y lo sonoro en una "una alegoría de la condición humana y sus males en el siglo XIX" con tintes surrealistas a fin de cuestionar la insatisfacción, la disidencia con la "lógica impuesta" por la sociedad y el malestar emocional.

Se trata de una coproducción de Teatro Kamikaze y Teatro de la Abadía que se estrena este miércoles en el foro madrileño, donde permanecerá en la Sala José Luis Alonso hasta el 13 de octubre y donde hoy se ha presentado a los medios de comunicación.

La propia Nyman ha subrayado esa "idea de lo sensorial" que impregna la obra, la cual parte de la visita de Agustina, personaje que interpreta Lluna Issa Casterà, al doctor (Mariano Estudillo) debido a un dolor que soporta desde hace tiempo en su interior.

El facultativo, empeñado en emitir con rigor su diagnóstico, acabará absorbido por el cuerpo de la paciente, iniciando un viaje por el organismo de Agustina sin omitir los aspectos más fisiológicos o escatológicos.

Todo ello, reconoce Nyman, para que el espectador pueda sentir "esa intromisión" que experimenta el doctor, un planteamiento en el que juega un papel clave la iluminación de David Picazo --luces estroboscópicas incluidas-- y el sonido diseñado por Sandra Vicente, con música, canto y baile por parte de los intérpretes.

"Mondongos" que cuelgan del techo como apéndices abiertos a la imaginación del público o una camilla en un entorno blanco y aséptico que recuerda a un sanatorio --podría ser el de la Salpêtrière en el que el famoso doctor Jean-Martin Charcot desarrolló sus estudios sobre la histeria en el siglo XIX-- conforman una escenografía donde cuadros y fotografías juegan con la idea de un museo de arte contemporáneo que se alterna con el espacio hospitalario.

De este modo se desliza también la idea de un "mundo folisilizado" en el cuerpo de la paciente por el que viaja Estudillo, no sólo por el cuerpo físico, sino "también por su psique", ha señalado Nyman, corresponsable con Alejandro Pérez-Paredes del concepto de esta obra que, sin buscar la comedia, puede generar momentos de carcajada a lo largo de sus 105 minutos de escena, fruto de esa "deformación de la realidad".

FINLANDIA Y EL CONCEPTO "TRAMPOSO" DE SU FELICIDAD

Finlandia, país de origen de la madre de Nyman, y la "tramposa idea de felicidad" que se asocia al mismo --a pesar de sus altas tasas de suicidio-- es otro de los soportes sobre la que pivota el montaje, que sin obviar el "sesgo de género" que acompaña al concepto de histeria, parte del libro 'La invención de la histeria', de Georges Didi-Huberman, para analizar la evolución de este malestar hasta el presente.

Así, y pese al título, en 'Hysteria' no se habla propiamente de ella, sino de cómo esta manifestación "de descarga del malestar", se ha visto sustituida hoy en día por una "represión" del mismo, en forma de "depresión, manía o ansiedad", ha verbalizado la autora, quien reconoce la intencionalidad de la obra de denunciar el mensaje actual "de negación de la vulnerabilidad" de las personas, algo que, por el contrario, "forma parte de la naturaleza humana".

"Me parece muy peligroso el mensaje de tú puedes solo, no necesitas a nadie, no poder asumirnos vulnerables como en realidad somos", ha abundado Nyman, quien reconoce el "punto de disidencia" que las personas aquejadas de histeria, por "proceder precisamente de los márgenes de la sociedad", representan.

El estreno nacional de 'Hysteria' supone el regreso de Teatro Kamikaze a La Abadía y lo hace con una función "íntima" y "cruda", pero a la vez "llena de sarcasmo e ironía".

Deseo, insatisfacción y violencia sistémica se entremezclan en la obra que para el director artístico del Teatro de La Abadía, Juan Mayorga, reúne muchas de las "fuerzas" de la poesía y narrativa de Nyman junto a "otros talentos y singularidades" que el espectador podrá descubrir por primera vez en 'Hysteria'.