Conceden un permiso retribuido a los trabajadores de la lavandería central hospitalaria

Actualizado: martes, 17 diciembre 2013 22:28

MADRID 30 Nov. (EUROPA PRESS) -

La Consejería de Sanidad ha indicado que se ha dado permiso retribuido a los trabajadores de la lavandería central hospitalaria, que a partir de diciembre pasa a ser gestionado por una concesionaria, y se les va a permitir acceder a las dependencias de la instalación para recoger sus pertenencias.

Así lo ha indicado un portavoz de la Consejería quien ha dicho esta noche un grupo de trabajadores concentrados en la lavandería impedía al resto que estaba en la instalación salir del edificio, si bien ya no existe ningún problema. Al respecto, ha comentado que ya no hay nadie en la lavandería.

Por su parte, el portavoz de la Asociación de Empleados de la Lavandería Central Hospitalaria, Francisco Ronco, ha indicado que los trabajadores que permanecían encerrados en contra del proceso de externalización de la instalación abandonarán su protesta a la 1 de la madrugada de este sábado.

Ronco ha detallado que los trabajadores han decidido abandonar a esa hora el encierro pues se les había comunicado que se produciría el desalojo de las instalaciones para así evitar con su salida ordenada posibles incidentes. Aparte, ha criticado que a la zona (Mejorada del Campo) se ha desplazado personal de seguridad y miembros de la Policía

Por tanto y para evitar problemas, los empleados han decidido abandonar a la 1 de la madrugada el encierro que han mantenido durante 11 días y saldrán a la calle portando pancartas en defensa de la gestión directa de la lavandería central.

A partir del 1 de diciembre la empresa Flisa asumirá la gestión de la lavandería. Este viernes, 117 trabajadores eventuales, el 64 por ciento del total, en cumplimiento de lo dispuesto en el pliego de condiciones (que exigía ofrecer la posibilidad de incorporarse a la concesionaria a este colectivo). El contrato de los trabajadores eventuales con la comunidad finalizaba este sábado.

Los trabajadores encerrados protestaban al entender que la incorporación a la empresa implica que sus condiciones laborales se iban a regir por el convenio colectivo de lavanderías industriales de la región, lo que consideraban una pérdida de masa salarial que alcanzaba hasta el 43 por ciento.

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