El Consejo de Gobierno de la UPM aprueba la extinción del grado en Ingeniería Civil a pesar de las protestas

Estudiantes de Ingeniería Civil de la UPM durante la protesta
EUROPA PRESS
Publicado: jueves, 22 febrero 2018 15:42


MADRID, 22 Feb. (EUROPA PRESS) -

La junta de Gobierno de la Universidad Politécnica de Madrid ha acordado bloquear las matriculaciones del curso 2018/2019 en el grado de Ingeniería Civil y aprobado su extinción a pesar de las protestas de sus alumnos.

El punto del orden del día que ha dado fin al grado en Ingeniería Civil se ha votado sobre las 10.30 horas y ha provocado los primeros momentos de tensión ante la presencia de un grupo de alumnos que se estaban manifestando contra la decisión.

Los estudiantes se han concentrado en el hall del edificio donde se celebraba el Consejo de Gobierno durante más de cuatro horas, a la espera de que salieran el rector de la UPM, Guillermo Cisneros, y el resto del equipo de Gobierno.

Finalmente, cerca de las 14 horas, los participantes en la junta han ido saliendo al hall donde los manifestantes los recibían con pitidos, silbidos y cánticos, como 'Ojo Cisneros, que somos ingenieros' 'Civil no se cierra' o gritos de 'mentiroso'.

Ante esta situación, miembros de seguridad de la Politécnica han hecho un pasillo entre la muchedumbre para facilitar el paso de los miembros del equipo de Gobierno de la UPM hasta la cafetería, por donde han accedido al parking y se han marchado en una furgoneta mientras los alumnos los perseguían para continuar con sus cánticos.

UN CONFLICTO ENTRE DOS INGENIERÍAS CIVILES

Desde la UPM, han explicado que la decisión de eliminar el grado de Ingeniería Civil es un asunto de reestructuración de su oferta académica, ya que esta asignatura, que se imparte en un campus situado en Atocha, se solapa con otra, la de Ingeniería Civil y Territorial, que se imparte en Ciudad Universitaria.

Este conflicto, que aseguran que genera confusión, comenzó en 2012, cuando las antiguas escuelas universitarias, donde se formaban los ingenieros técnicos, cambiaron su denominación por el cambio de modelo educativo.

Ese año, las escuelas universitarias de ingeniería técnica de obras públicas, apoyadas por el Colegio Oficial de Ingenieros de Obras Públicas, reivindicaron la denominación civil y se "apropiaron" de ese concepto.

Así, la Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica de Obras Públicas se convirtió en Escuela Técnica Superior de Ingenieros Civiles.

Pero poco después apareció el grado en Ingeniería Civil y Territorial (antigua ingeniería de Caminos, Canales y Puertos), que además con los tres itinerarios que contemplaba la antigua Ingeniería Técnica de Obras Públicas: Construcciones civiles, hidrología y transportes. De hecho, los titulados en esta carrera pueden ejercer de ingeniero técnico de obras públicas de cualquiera de las tres.

La acreditación en estas especialidades es uno de los principales puntos de conflicto, además de la terminología confusa. Alumnos del grado en Ingeniería Civil explican que al término de su carrera consiguen dos de estas tres especialidades, cuando en la Ingeniería Civil y Territorial solo uno, lo que les da una ventaja desde el punto de vista profesional.

DESAPARECE EL GRADO, NO LA ESCUELA

Desde la UPM han querido dejar claro que la supresión de este grado no implica la desaparición de la Escuela de Ingenieros Civiles y que el plan de extinción, que se alargará hasta 2025, es un "plan de mínimos" porque desde la Escuela no han presentado ninguna alternativa y aseguran que cuando lo hagan se podrá cambiar ese plan.

El objetivo de la Universidad es reestructurar la oferta de formación en el ámbito de las construcciones civiles y del ingeniero técnico de obras públicas, ya que no pueden ofertar "algo confuso", pues aseguran que en muchos países el ingeniero civil se corresponde al ingeniero de caminos español, el de la carrera que mantienen.

Por esto, no se cierran a replantear la carrera suprimida, con otra denominación y otro plan de estudios en siguientes cursos.

UN EMPOBRECIMIENTO DE LA OFERTA ACADÉMICA

Por su parte, el decano del Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas e Ingenieros Civiles de Madrid, Alejandro Alañón, ve en esta suspensión un "empobrecimiento de la oferta académica" de la UPM y considera que hay otras motivaciones más allá de la reestructuración.

Está motivación, según Alañón, es la de "vender un producto" a los alumnos de la Ingeniería Civil y Territorial, que para ejercer como ingeniero de Caminos necesitan un máster.

"Se quiere vender el producto, que hagan el máster para tener más alumnos, más años y cursando más créditos. No tenemos por qué estar pagando una sobrecualificación injustificada", explica.

Asimismo, Alañón echa en cara al rector de la UPM que en las elecciones les prometiera que nada iba a cambiar para luego aprobar la extinción de la Ingeniería Civil.

El decano también asegura que no hay solapamiento, ya que el título que se imparte en Atocha es "finalista" y está centrado en que los alumnos puedan trabajar o, si quieren, seguir sus estudios en Máster, mientras que el que se imparte en Ciudad Universitaria es un "estadío intermedio" para luego cursar un Máster en Ingeniería de Caminos.

"Probablemente a nivel profesional sea incluso más adecuado", afirma a continuación, haciendo referencia a las dos intensificaciónes o especialidades con las que cuenta el grado en Ingeniería Civil.

Finalmente, Alañón ha lamentado que tras la desaparición de la carrera una persona que quiera cursar Ingeniería civil con dos especializaciones va a tener que irse fuera de Madrid o a una universidad privada.

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