Este sistema de recogida de restos orgánicos llega desde este lunes, 1 de octubre, a Arganzuela, Chamberí, San Blas y Villaverde
MADRID, 28 Sep. (EUROPA PRESS) -
El cubo de tapa marrón para la recogida de restos orgánicos llega este lunes, 1 de octubre, a cuatro distritos de la capital (Arganzuela, Chamberí, San Blas-Canillejas y Villaverde), para extenderse a otros cuatro (Ciudad Lineal, Moncloa-Aravaca, Puente y Villa de Vallecas y Tetuán) en noviembre y a tres más en diciembre (Latina, Vicálvaro y Hortaleza). Antes de que finalice el año el cubo de tapa marrón habrá llegado a una docena de distritos y 1,9 millones de habitantes.
Tras ellos llegará la tapa marrón al resto de distrito. Las previsiones con las que trabaja el Ayuntamiento, condicionadas a la evolución en estos doce primeros, pasan por extender este sistema al resto de la ciudad en el segundo semestre de 2019 para que en 2020 esté completamente implantado en la ciudad.
En él se deben depositar restos de fruta y verdura, de carne y pescado, cáscaras de huevo, de marisco y frutos secos, otros restos de comida, posos de café e infusiones, tapones de corcho, cerillas y serrín, papel de cocina y servilletas sucias así como pequeños restos de jardinería. En los cubos de tapa naranja se seguirán depositando pañales, compresas, toallitas húmedas, colillas, polvo de barrer, excrementos de animales, arena de gato y pelo.
Toda la información se puede encontrar en la web aciertaconlaorganica.es, en el 010 y en el correo electrónico organica@madrid.es. El Ayuntamiento de Madrid pone en marcha una campaña de información que llegará a todos los hogares afectados. En breve se les enviará una carta (hasta 871.700) con la información y un imán para la nevera con el que tener claro qué va en cada cubo. Todo ello unido a campañas en distintos soportes, en medios de comunicación y acciones de concienciación en la calle y en instalaciones municipales empleando como aliado al tejido asociativo.
CAMPAÑA INFORMATIVA
Desde hace unos días se están suministrando a las comunidades de vecinos y vecinas de los distritos de Arganzuela, Chamberí, San Blas-Canillejas y Villaverde nuevos cubos de cuerpo gris y tapa marrón para que depositen estos residuos orgánicos. En concreto, se van a instalar en estos cuatro distritos 13.952 cubos de dos ruedas, 994 contenedores de 800 litros y 679 contenedores de carga lateral, todos ellos con tapa marrón. La recogida se realizará todos los días de la semana en el horario habitual de la recogida del cubo de resto, el de tapa naranja.
La delegada de Medio Ambiente y Movilidad, Inés Sabanés, ha explicado que antes de llegar a esta docena de distritos se hizo una experiencia piloto en 17 zonas de la ciudad, que englobaban a unas 255.000 personas. Los resultados fueron "alentadores" ya que desde noviembre de 2017 hasta agosto de 2018 se han recogido 13.442 toneladas de materia orgánica de manera separada, lo que "ha mejorado las previsiones iniciales".
La recogida selectiva forma parte de la Estrategia de Prevención y Gestión de Residuos de la ciudad, en fase de información pública. El próximo año se completará llegando a todos los distritos de la ciudad. El propósito de la recuperación de los residuos orgánicos o biorresiduos es contribuir al objetivo europeo de alcanzar el 50 por ciento de residuos preparados para la reutilización y el reciclado antes de 2020.
La materia orgánica constituye una parte mayoritaria de los residuos domésticos, aproximadamente el 40 por ciento, por lo que su recogida separada es esencial para poder cumplir los objetivos a medio y largo plazo de reciclaje de dichos residuos municipales y contribuir al desarrollo de la economía circular.
El sistema de recogida de residuos implantado hasta ahora, recogía la materia orgánica, mezclada con otros materiales, en la denominada fracción resto. Con este sistema, para separar los biorresiduos es necesario recurrir a un tratamiento mecánico previo de separación, que sólo consigue recuperar parte de los mismos y lo hace además con baja calidad por estar mezclados con otros materiales.
La recogida separada de calidad de los biorresiduos hace prácticamente innecesario el tratamiento posterior de separación facilitando la producción de biogás o compost.
Además tiene otros beneficios medioambientales, como la reducción de los gases de efecto invernadero o de malos olores, se reduce la cantidad de residuos que llegan al vertedero, aumentando su vida útil, y se mejora la recogida selectiva del resto de los residuos reciclables.