MADRID, 22 Nov. (EUROPA PRESS) -
Ilunion Sociosanitario, responsable de la dirección de la residencia de Parla acusada por la familiar de un anciano de malos tratos, ha rechazado las acusaciones de "mala praxis vertidas" al considerarlas "infundadas", y estudia emprender acciones legales ante dichas acusaciones, que "se han formulado sin pruebas y sin quejas formales previas".
Según han informado a Europa Press fuentes de la Dirección de la residencia, ni ellos ni la Comunidad de Madrid han recibido quejas formales por este caso y las que se han realizado verbalmente "han sido atendidas", aunque insisten en que las que denuncia esta mujer "nunca fueron del conocimiento de la entidad".
"Los responsables de la residencia lamentan estas declaraciones que ponen en tela de juicio la profesionalidad del personal de la residencia, que cuenta con la titulación necesaria para su desempeño y sigue el Protocolo de Buen Trato al residente que rige en su trabajo en nuestros centros", señalan.
En este sentido, explican que este protocolo forma parte de su política integral de atención a los mayores en el centro, que "cuenta con ratios de personal que están por encima de lo establecido en los pliegos de contratación de plazas con la Comunidad de Madrid y que ha superado de forma satisfactoria todas las inspecciones y controles que realiza la Administración madrileña".
Por otro lado, indican que la familiar que ha hecho públicas las supuestas deficiencias del centro "acaba de solicitar al departamento de Gestión de Plazas de la Dirección General del Mayor de la Comunidad la financiación total de la plaza de residencia y la permanencia de su marido en la misma".
ACUSACIONES DE LA FAMILIAR
Varios familiares de ancianos internos en la residencia de mayores de Parla han llevado a la Fiscalía de Madrid una denuncia por supuestos malos tratos ocurridos por parte de cuidadores del centro, así como suciedad en las habitaciones, "un olor horrible" e incluso "cucarachas en la comida".
Ante esta situación, los familiares denunciantes se pusieron en contacto con la asociación del Defensor del Paciente, que recopiló sus testimonios y los trasladó a la Fiscalía del Área de Getafe-Leganés para que abrieran "una investigación de oficio y hubiera a lugar la depuración de responsabilidades", según se recoge en el texto que trasladaron al Ministerio Público y al que ha tenido acceso Europa Press.
La acusación parte de Mari Luz, que tiene a su marido Antonio de 70 años en la residencia desde febrero de 2016. Esta mujer ha relatado a Europa Press el "calvario" por el que están pasando supuestamente las familias. "La gente tiene mucho miedo de denunciar lo que ocurre, pero ya está bien, no somos animales", defiende.
Cuenta que su marido sufre daños cerebrales, que le impiden prácticamente moverse y hablar, motivo de una negligencia médica. Debido a todo el trabajo que conllevaba su cuidado, decidió internarlo en la residencia de mayores de Parla, situada en la calle Felipe II, número 23.
"Hay tres cosas para un residente que son esenciales: la alimentación, la limpieza y el cuidado", cuenta Mari Luz, que critica que ninguna de ellas "está a la altura de lo que es una residencia normal".
En primer lugar, se queja del trato de los trabajadores de la residencia para con los ancianos, que califica de "maltrato físico y psicológico". En particular, señala un episodio de violencia que supuestamente sufrió su marido. "Llegué un día a visitarlo, justo cuando lo estaban levantando y vi en la puerta a dos trabajadores. Estaban riéndose mientras mi marido tenía la cara desencajada", detalla la mujer visiblemente afectada por lo ocurrido.
"Al ver a mi marido así, y una vez se fueron, comprobé que tenía el cuello rojo y sangre en la nariz, le habían dado unos golpes y, además, le amenazaron con que no contara nada de lo que pasó", añade Mari Luz, para acto seguido agregar que no es el único episodio de supuesta violencia en la residencia: "Varias señoras me han contado casos similares. Los ancianos están tiritando".
También cuenta que otro día le rompieron las gafas y que, en otro momento, llegó a la habitación para estar con él y se encontró una toallita llena de sangre.
Mari Luz asegura que estos no son casos aislados, y ha señalado que, incluso, se ha llegado a despedir a un cuidador por pegar a una anciana, extremo confirmado a Europa Pres por parte de fuentes próximas al caso.