"Parece que lo cotidiano, lo normal, es que maten al de al lado. Cuando alguien se asombra eso nos ayuda a recuperar que eso no es normal", declara una de ellas
MADRID, 11 Feb. (EUROPA PRESS) -
Maricel Sandoval, de la Asociación de Consejos Comunitarios del Norte del Cauca, perseguida por su lucha "contra la minería que saquea el territorio y contra los megaproyectos que despojan la tierra y quitan la posibilidad de comer", y la monja dominica Maritze Torres, de la Asociación de Familias Víctimas de Trujillo, que planta cara a los crímenes de paramilitares auspiciados por el narcotráfico, son las dos primeras activistas colombianas acogidas temporalmente en el programa del Ayuntamiento de Madrid y la Fundación Mundubat.
"Nos tildan de alcahuetas de la paz y somos objetivo militar", ha explicado Maricel Sandoval, acompañada por el tercer teniente de alcalde y responsable municipal de Derechos Humanos, Mauricio Valiente. Su compañera, Maritze Torres, ha añadido que la situación "se agrava con lo que está pasando en Venezuela". "No a la invasión militar a Venezuela cuando Estados Unidos utiliza de excusa llevar ayuda militar", ha declarado la religiosa.
En las próximas semanas llegará a Madrid una tercera activista, ha informado Mauricio Valiente, que ha recordado que este programa "no es de refugio ni es un programa de acogida permanente sino temporal para establecer lazos" con organizaciones y con el conjunto de la sociedad. La bienvenida ha sido ofrecida junto a los concejales Carlos Sánchez Mato, Yolanda Rodríguez y Rommy Arce (Ahora Madrid), Purificación Causapié (PSOE) y Silvia Saavedra (Cs).
El Ayuntamiento y la Fundación Mundubat han puesto en marcha un programa de acogida temporal a activistas de derechos humanos en riesgo. Esta iniciativa convertirá la ciudad en un lugar de protección para personas defensoras de derechos humanos, perseguidas en sus países. El programa se inscribe dentro de las medidas del Plan Estratégico de Derechos Humanos del Consistorio.
Este proyecto, financiado por el Ayuntamiento y gestionado por la ONGD Mundubat, permitirá que Madrid acoja a personas que trabajan en distintos ámbitos de defensa de los derechos humanos, como la reivindicación de la libertad y la diversidad sexual, el derecho del campesinado a cultivar su tierra, la defensa del medio ambiente y los recursos naturales, la recuperación de la memoria histórica o la denuncia las atrocidades que sufren sus comunidades.
Las personas acogidas por el programa vivirán durante tres meses en un ambiente seguro, lejos de las amenazas a las que se enfrentan en su día a día, y recibirán atención psicosocial si es necesario. Al mismo tiempo, desarrollarán actividades de sensibilización de la población y de presentación ante las autoridades políticas de las causas que defienden buscando ampliar y fortalecer las redes internacionales de apoyo institucional y político de las organizaciones a las que representan.
La primera edición del Programa de Acogida Temporal de Personas Defensoras de los Derechos Humanos se centrará en Colombia, país que vive una difícil transición hacia la paz tras el acuerdo entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Gobierno Colombiano que puso fin a medio siglo de conflicto en 2016.
A pesar del cese de las hostilidades, los conflictos sociales se siguen cobrando en Colombia centenares de vidas de civiles cada año, incluyendo las de defensores y defensoras de los derechos humanos. En tan solo 18 meses, de noviembre de 2016 y mayo de 2018, hasta 282 líderes sociales y activistas de derechos humanos fueron asesinados.
Maricel Sandoval, de la Asociación de Consejos Comunitarios del Norte del Cauca, ha explicado que iniciativas como ésta permiten el intercambio de experiencias. Desde el Edificio de Grupos de la calle Mayor se ha presentado como una mujer afrocolombiana defensora de los derechos humanos, la vida y el territorio.
La zona norte del Cauca es una de las denominadas 'zonas rojas' en Colombia por la intensidad del conflicto armado en el territorio, fuertemente atacado por él. Por eso entiende el acuerdo de paz como "una oportunidad para salir mediante un conflicto negociado".
"EL TERRITORIO ES LA VIDA Y LA VIDA NO SE VENDE, SE DEFIENDE"
Las principales amenazas a las que se enfrenta, y por las que está acogida temporalmente con este programa, es por la oposición que hacen a "la minería que saquea el territorio y contra los megaproyectos que despojan la tierra y quitan la posibilidad de comer". "El territorio es la vida y la vida no se vende, se defiende", ha señalado.
La activista colombiana cree que este programa también puede servirles a ellos para dejar de 'normalizar' los asesinatos. "Parece que lo cotidiano, lo normal, es que maten al de al lado. Cuando alguien se asombra eso nos ayuda a recuperar que eso no es normal", ha argumentado.
La monja dominica Maritze Torres, de la Asociación de Familias Víctimas de Trujillo, ha agradecido este programa de acogida temporal, que les permite "respirar a pleno pulmón" y sentir que no están solos. Desde el corazón de Madrid ha relatado asesinatos como el de su compañero, el padre Tiberio Fernández, desmembrado y arrojado al río después de haber sido acusado de ser un guerrillero por su defensa "radical por el pobre".
Maritze Torres ha señalado detrás de las matanzas a cientos de personas a los paramilitares arropados por los narcotraficantes ya que Trujillo es área de influencia del Cartel de Cali. "Nunca tuvimos un solo asesinato de la guerrilla, todos los crímenes son de paramilitares auspiciados por el narcotráfico", ha apuntado la religiosa, que no querido terminar su discurso sin referirse al lema con el que se enfrenta a la vida, "resistir, persistir y nunca desistir".