MADRID 23 Ene. (EUROPA PRESS) -
Dos policías locales de Getafe deberán entrar en prisión por acabar con la vida de un hombre y herir a otro tras una persecución policial que se produjo el 21 de noviembre de 2011 después de que se haya denegado la suspensión de la orden de ingreso en prisión.
Así consta en un auto, al que tuvo acceso Europa Press, en el que los magistrados de la Sección 16 de la Audiencia Provincial de Madrid rechazan su solicitud de suspender la ejecución de la setencia que les condenó a tres años y nueve meses de prisión. Contra esta resolución, cabe interponer un recurso de súplica.
La petición se realizó con motivo de que los condenados habían pedido un indulto. Hace ya un año, la Audiencia madrileño les impuso 15 años de cárcel como autores responsables de un delito de homicidio consumado y un delito de homicidio en grado de tentativa. Más tarde, el Supremo les rebajó las penas a tres años y nueve meses de cárcel.
En la resolución, los magistrados recuerdan que el artículo 32 de la ley de ejercicio de la gracia de indulto determina que "la solicitud propuesta de indulto no suspenderá el cumplimiento de la sentencia ejecutoria" y que deberá ser "ejecutada al margen de propuesta o solicitud de indulto".
HECHOS JUZGADOS
Los hechos se produjeron sobre las 11.15 del 21 de noviembre de 2011 cuando seis agentes locales de Getafe iniciaron una persecución de un vehículo tras recibir un aviso de un secuestro, según su versión.
En la calle Canarias de Madrid, ya fuera de su demarcación, les dieron alcance, dándoles el alto. Tras varias maniobras agresivas, los agentes dispararon a los bajos del coche en defensa de su vida.
En el juicio quedó confirmado que no existió tal secuestro, según manifestaron los policías que investigaron los hechos y una de las víctimas que sobrevivió al tiroteo.
Según la resolución, los tres agentes se personaron en el lugar del aviso de secuestro para dar auxilio y cobertura al agente franco que había dado el aviso. Allí fueron informados de la ruta que había tomado el Citroën, a bordo del cual habían huido los supuestos secuestradores. Se inició entonces una larga persecución por la carretera con dirección a Madrid capital.
Ya en Madrid, los agentes localizaron al vehículo al cual seguían en la calle Canarias y, al llegar a la altura de esta vía con la calle Vara del Rey, uno de los vehículos policiales que les seguían se colocó en la parte izquierda del Citroën a fin de cerrarle el paso, llegando a continuación los otros dos vehículos que habían participado en la persecución.
Los agentes conminaron entonces a los ocupantes a que detuvieran el vehículo y descendieran del mismo, momento en el que el conductor del Citroën, haciendo caso omiso de las indicaciones policiales, realizó una brusca maniobra de marcha atrás colisionando con uno de los vehículos policiales.
En ese momento de incertidumbre, y al observar el procesado Ismael G. M. que el copiloto del Citroën giraba el cuerpo hacia la izquierda, gritó "¡Arma de fuego!" y efectuó varios disparos con su arma reglamentaria. Igualmente hizo el procesado Daniel C. U., quien efectuó varios disparos con su arma reglamentaria gritando en los mismos términos.
Al observar el movimiento del copiloto del Citroën, el procesado Antonio Miguel G. M., también efectuó varios disparos contra el vehículo objeto de la persecución.
Los procesados asumieron mientras accionaban sus armas que podían acabar con la vida de los ocupantes del vehículo, cuando el Citroën ya había superado el cerco policial y emprendía la huida por la calle Vara del Rey, cuando no se disponían de datos fehacientes sobre la existencia de arma alguna en el vehículo de los perjudicados y sin que los procesados hubieran comprobado que la persona que hubiera podido ser introducida a golpes en el coche se encontrara en los asientos traseros del mismo.
Algunos de los disparos sobre el vehículo efectuados por el procesado Antonio Miguel G. M. impactaron en el copiloto del vehículo que se había dado a la fuga. El herido fue trasladado a la UCI de un centro hospitalario donde falleció el 22 de noviembre de 2011.
Como consecuencia de los disparos efectuados por los procesados, también resultó herido el conductor del Citroën, quien sufrió una herida por arma de fuego frontal derecha con destrucción parcial del pabellón auricular. El perjudicado permaneció ingresado tres días en el recinto hospitalario y le han quedado significativas secuelas estéticas y de audición.