MADRID 9 Oct. (EUROPA PRESS) -
Los colectivos ecologistas ARBA, Asociación Ecologista del Jarama 'El Soto', Ecologistas en Acción, GRAMA y Jarama Vivo han reclamado este miércoles una mayor regulación y control de la caza "acordes con los tiempos actuales".
Estos colectivos consideran que la caza, cuya veda comienza mañana, "no solo no respeta los derechos de los animales, sino que además supone un riesgo para el ejercicio de otras actividades en la naturaleza".
La pasada temporada de caza 2012-2013 contó con 32.850 cazadores, los cuales abatieron 3.457 jabalíes, 1.783 ciervos, 877 gamos, 191 corzos, 482.238 conejos, 33.825 liebres, 222.986 perdices, 4.332 zorros, etc. En total 1.026.923 animales, lo que supone una media de 31,26 animales por cazador.
Así, señalan que durante la última temporada se abatieron animales correspondientes a 2.061 toneladas de carne. Del total destacan los 795.692 kilos de conejo, los 395.826 kilos de jabalí o los 320.940 kilos de ciervo.
"A pesar de este elevado número de ejemplares muertos, no existen estudios sobre las poblaciones cinegéticas que acrediten que su eliminación es compatible con su supervivencia y conservación a nivel regional. Casos dramáticos son los de la codorniz y la tórtola común cuyas poblaciones están en regresión tanto a escala nacional como regional", apuntan los ecologistas.
En el caso de la codorniz, el programa Seguimiento de Aves Comunes en España (SACRE), obtiene para el periodo (1998-2012) un declive de un 53,32 por ciento a nivel nacional. En el caso de la tórtola común, el programa SACRE, obtiene para el periodo (1998-2012) un declive generalizado en toda España con un descenso del 29,27 por ciento de las poblaciones a nivel nacional. "A pesar de esta situación en la pasada temporada se han abatido 12.134 tórtolas y 2.700 codornices", añaden.
Por otro lado, estas asociaciones ecologistas consideran que durante la temporada de caza "se imponen los derechos de una minoría cazadora (0,5% de la población) sobre el resto de la población no cazadora".
"La actividad cinegética que se ejerce sobre el 71,6 por ciento del territorio madrileño, impide o limita el disfrute de la naturaleza del resto de usuarios y supone un riesgo para el ejercicio de actividades al aire libre", concluyen.