MADRID 25 Sep. (EUROPA PRESS) -
La familia de Víctor Tapiador Martín, el joven de 25 años vecino de Aranjuez desaparecido el 8 de marzo y cuyo cuerpo sin vida fue hallado hace casi un mes, ha denunciado este lunes que sufre la "deshumanización" del sistema judicial porque no han recibido su cadáver ni nadie les ha informado en qué morgue está o los plazos de entrega.
En un comunicado, la familia ha contado el calvario por el que han pasado desde el día de su desaparición. Así, relatan que pasadas 24 horas, interpusieron una denuncia de desaparición en la comisaría de Aranjuez, que es cuando la Policía inicia su trabajo. "Más allá del escaso resultado que obtuvieron, siempre hemos estado agradecidos por su trabajo y por la atención que nos han prestado hasta el final", apuntan.
A continuación, continúa la familia, el caso entró en el Juzgado número 3 de Aranjuez, al que le pidieron seguir trabajando con los documentos solicitados. Tres semanas después, recibieron en forma de "jarro de agua fría" una notificación judicial que les prohibieron seguir con la investigación. El 4 de abril el juez archivó el caso alegando que "no existían índices de criminalidad.
"Parece ser que no teníamos derecho a conocer qué le había pasado a nuestro hijo apelando a la supuesta libertad de las personas para tomar sus propias decisiones, pero sin saber realmente dónde estaba o qué le ha podido pasar. Llegados a este punto no teníamos muy claro si en lugar de ser nuestro hijo un ciudadano anónimo hubiera sido un personaje famoso o familiar de éste, se le hubiera dado el mismo trato y se hubieran utilizado los mismos recursos para su búsqueda. Así que el concepto genérico de que la Justicia es igual para todos, a nosotros por lo menos, se nos ha venido abajo", critican.
En ese momento, los parientes de Víctor buscaron, ante su "desbordamiento y desconocimiento" apoyo de la asociación SOS Desaparecidos y a su presidente, Joaquín Amills, al que agradecen especialmente su "cercanía, sensibilidad y comprensión". Y la ayuda profesional del abogado Juan Manuel Medina, que interpuso un recurso ante el archivo del caso.
El 23 de agosto llegó la contestación negativa a ese recurso, más de cuatro meses de paralización de la investigación de la Policía "por falta de recursos ante los que trabajar".
El día 29 de agosto, fecha del cumpleaños de Víctor, la varios agentes informaron a la familia de la aparición de un cuerpo que podría ser el de su hijo al lado de una torre de alta tensión en pleno descampado y cerca del Mar de Ontígola.
No obstante, tuvieron que esperar dos semanas a que las pruebas científica confirmaran la identidad del hallazgo. "Creemos que hemos demostrado que hemos tenido más que paciencia durante todo este tiempo y acudimos a la comisaría por última vez, donde la Policía Judicial nos confirmó que era Víctor y nos entregaron las escasas pertenencias que llevaba encima, salvo su documentación personal, que a día de hoy, nosotros no sabemos dónde puede estar", señalan.
Tras todo ello, la Policía Nacional cerró el caso y paso toda la documentación al Juzgado número 4 de Aranjuez, que es quien debería informar a la familia a partir de ahora.
"Pues podemos afirmar sin ningún reparo que ha pasado ya casi un mes desde la aparición del cuerpo y que ni desde el Juzgado número 4 ni del 3 ha habido ningún representante judicial que se haya puesto en contacto con nosotros o con nuestro abogado para informarnos en qué morgue o depósito de cadáveres está nuestro hijo, qué es lo que se le va a hacer y por qué y cuáles son los plazos que manejan para entregarnos el cuerpo de nuestro hijo y poderle despedir como se merece", denuncian.
La familia de Víctor Tapiador denuncia que actualmente están viviendo "una deshumanización importante en la Justicia, ya que todo es burocracia, legalidad, pero la empatía con las personas que están sufriendo queda en un segundo plano o simplemente no existe".
"Pensamos que con este comunicado igual podemos ayudar en un futuro a personas que desgraciadamente vuelvan a sufrir como nosotros lo estamos haciendo. Si la Policía toma nota de los errores o mejoras que haya que realizar y a la vez en los Juzgados, aparte de agilizar estos trámites tan dolorosos para las personas que lo sufren, se pueda realizar una información cercana y veraz a las personas afectadas para mitigar su dolor y sufrimiento", consideran.
Por último, la familia de Víctor respeta "por muy dolorosa que sea" su decisión de quitarse la vida y señala que siempre quedará entre ellos "su amor a la familia y el mejor recuerdo hacia él, permaneciendo siempre entre nosotros".
En el comunicado, también han agradecido el apoyo de la comunidad Salesiana y de San Juan de Dios, del pueblo de Aranjuez, de amigos y de la ciudadanía en general por las "innumerables muestras de apoyo y de cariño" que han recibido, pues sin esa fuerza moral es probable que no hubieran escrito estas palabras ni pusieran en marcha antes las batidas, las manifestaciones, la lectura de manifiestos o el trabajo de difusión de la desaparición en redes sociales.
UNA EXTRAÑA DESAPARICIÓN Y UN HALLAZGO TARDÍO
Víctor Tapiador, un joven auxiliar de enfermería e integrador social, desapareció el 8 de marzo de este año. Tras acudir por la mañana a trabajar, comió en casa de su hermana y se fue a tomar un café con un amigo. En la cafetería avisó a su madre que pronto subiría a casa y se marchó del lugar sobre las 17 horas.
A partir de esa hora se le perdió la pista. Su madre le envió varios mensajes de texto a su móvil, que figuraban como leídos, pero que Víctor nunca respondió. Tampoco lo hizo más tarde a sus llamadas, por lo que se empezó a preocupar.
Al día siguiente, como no durmió en su domicilio, su móvil estaba apagado y los mensajes aparecían como no recepcionados, la madre de Víctor denunció su desaparición. El hecho de que no se presentara a trabajar al centro hospitalario San Juan de Dios de Ciempozuelos, donde entre sus compañeros está su padre y otros familiares, les inquietó a todos. Nunca había faltado, ni estando enfermo, contó entonces a Europa Press el portavoz de la familia.
Más adelante descubrieron que su coche estaba aparcado cerca de su vivienda. Por un ángulo de las cámaras interiores del supermercado de enfrente descubrieron que esa misma noche, sobre las 23.30 horas, Víctor aparcó tranquilamente el coche allí. Al poco tiempo volvió y dejó dentro su cazadora, cuando en la calle hacía 8 grados, y marchó caminando hacia la rotonda por la que se entra a Aranjuez desde la A-4. Nunca más ha vuelto ni se sabe nada desde entonces del joven.
Tras la denuncia, los agentes hablaron con la hermana con la que comió y con el amigó con el que tomó café Víctor ese día y ambos aseguraron que no observaron ningún comportamiento extraño ni él les comentó nada raro ni la posibilidad de pasar esa noche fuera de casa. La familia tampoco entendió por qué dejó el abrigo y las llaves de su domicilio en el coche pero sí se llevó su documentación y su teléfono móvil, que se apagó sobre las 2.45 horas.
La familia, primero con ayuda de los agentes y luego de voluntarios, organizó varias batidas en la zona del Mar de Ontígola, que es donde dio como última señal la antena de su móvil antes de apagarse. Pero no encontraron ningún resto de ropa o pista sobre su desaparición.
Fue el 28 de agosto cuando fue hallado por unos trabajadores un cadáver que se encuentra en avanzado estado de descomposición con la misma ropa que vestía el joven cuando desapareció y varios de sus tatuajes. Además, la zona era conocida por el desaparecido y allí se le perdió el rastro.
El origen de la muerte podría ser la electrocución, al hallarse junto a una torreta eléctrica detrás del Mar de Antígola, entre la N-400 y la A-4, en los alrededores del polígono Gonzalo Chacón. La Policía finalmente confirmó el suicidio como causa.