MADRID, 31 Ene. (EUROPA PRESS) -
Ganemos Madrid se ha mostrado contrario a la aprobación de un Plan Especial para convertir el edificio situado en el número 9 de la calle Divino Pastor en 14 apartamentos turísticos y ha pedido al Ayuntamiento de la capital que cambie la normativa urbanística al estilo de Barcelona para evitar la saturación de alojamientos turísticos en el centro.
Ganemos ha enviado un comunicado previo a la retirada en el Pleno del Ayuntamiento del punto que llevaba el área de Desarrollo Urbano Sostenible por el que se iba a proceder a la aprobación de este Plan, y en el mismo alertaba de que su voto iba a ir en contra. Urbanismo lo ha retirado tras detectarse "malestar vecinal" por esta cuestión.
Desde Ganemos Madrid han indicado que se oponen "de manera frontal" a esta operación, porque el resultado "servirá para seguir alimentando una problemática de la que ahora se empieza a tener consciencia: la alta concentración de alojamientos turísticos que soporta el Distrito Centro".
Por un lado, destacan su "firme convencimiento" de que es necesaria una regulación que frene el crecimiento de la oferta turística en zonas saturadas y "no sitúe el marco sólo en el alquiler que se da desde plataformas digitales y aplicaciones móviles". "El equipo de gobierno tiene capacidad para limitar el número de licencias hoteleras que concede y la aprobación o no de este Plan Especial es una muestra", han señalado.
Por otro lado, la enajenación de este edificio, que albergó hasta 2014 las oficinas del área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid y que también ha sido sede del Patio Maravillas, es "una muestra del saqueo del patrimonio público que realizó Ana Botella aprovechando su paso por la alcaldía, una muestra intolerable de la especulación inmobiliaria que ha sacudido esta ciudad, puesta al servicio de los intereses financieros de grandes grupos que buscan el beneficio empresarial por encima de cualquier configuración sostenible de la ciudad".
A juicio de Ganemos Madrid, es "tiempo ya de que Ahora Madrid encare de manera clara esta terciarización del centro urbano y, por coherencia, tiene que afrontarla de acuerdo a su programa electoral, que en ningún punto recogía facilitar la tarea de quienes especulan".
"Los votos de Ganemos Madrid no servirán para priorizar la especulación y la mercantilización de la ciudad sobre los intereses de la población e instamos al Ayuntamiento a asumir la importancia de la actual saturación con el fin de que se modifique la normativa urbanística, como ya ha sucedido en Barcelona", han insistido.
Ganemos Madrid justifica su posición en base a que el barrio de Universidad (Malasaña), igual que el conjunto del distrito Centro y buena parte de la almendra central de Madrid, "sufre una seria y creciente saturación turística".
"Las plazas turísticas reguladas en hoteles, apartahoteles, hostales y edificios de apartamentos turísticos ascienden en este barrio a 6.305, a las que habría que sumar las cerca de mil plazas en viviendas de uso turístico no reguladas que se ofrecen a través de plataformas digitales", han apuntado.
Además, indican que a pesar del conocimiento acerca de esta saturación "el Ayuntamiento no ha actuado hasta ahora para modificar la normativa urbanística de usos en el centro de la ciudad (que permite el cambio de uso de edificios enteros a terciario de hospedaje mediante una simple licencia)".
Asimismo, añaden que en aquellos casos en los que es necesaria la tramitación de un Plan Especial para permitir ese cambio de uso (por ejemplo en caso de edificios históricos protegidos) el Ayuntamiento "ha tramitado y aprobado hasta 8 planes de este tipo en el distrito Centro (sin contar las licencias directas), sobre los que se tenía un importante margen de maniobra para no haberlos aprobado".
Según Ganemos Madrid, la tasa de alojamientos turísticos en el distrito Centro es de 360 plazas por cada 1.000 habitantes, una concentración superior a la que se da en el centro de Barcelona, donde ya no se conceden nuevas licencias de hotel ni se sustituyen las extinguidas.
Por último, recuerdan que el edificio tuvo titularidad municipal hasta que Ana Botella lo vendió en 2014, "después de cuatro subastas que resultaron desiertas". "La venta se produjo de manera directa y por dos millones menos de su primer precio de salida", han añadido.