MADRID, 15 Dic. (EUROPA PRESS) -
El exrepresentante de Agbar en Colombia e investigado en el caso Lezo, Francisco Olmos, ha asegurado que la compra de Inassa por el Canal de Isabel II en 2001 fue un "buen negocio" y que el importe que se pagó contemplaba la revalorización de la compañía (que triplicó beneficios) en una operación que fue "legal" y "transparente".
Además, ha asegurado que la operación se efectuó en Panamá, que era considerado entonces un paraíso fiscal, porque era una forma de actuar habitual por las condiciones de seguridad que ofrecía el país respecto a Colombia, unido a que era una exigencia de los vendedores.
Así lo ha manifestado a los medios de comunicación tras su comparecencia en la comisión de investigación sobre corrupción política en la Comunidad de Madrid en relación con el proceso de compra de Inassa por parte del Canal y para aportar detalles de la operación.
Los grupos de la oposición consideran que hubo "sobrecoste" en esa transacción y han aludido a que el exgerente del Canal de Isabel II manifestó a la en UCO que el compareciente fue una figura clave en dicha operación.
El primer socio de Inassa fue el grupo Aguas de Barcelona y decidió vender su participación en el año 2000 por un importe de siete millones de dólares mientras que también había socios colombianos en la entidad. Posteriormente, el Canal adquirió la empresa por una cantidad de 73 millones de dólares, que tenía participación mayoritaria del 60 por ciento de Triple A de Barranquilla. Los socios colombianos pagaron un año antes 6,8 millones de dólares.
Olmos ha asegurado en su comparecencia que la operación fue "transparente", "justa", "legal" y un "buen negocio" para el Canal de Isabel II, para relatar a su vez que el importe de la operación contemplaba el aumento de actividad de Inassa, con planes de aumento de negocio en Colombia y otros países, y había triplicado beneficios.
El compareciente ha detallado que llegó a Colombia en 1996 por la propuesta de incorporarse como gerente con la integración de Inassa y Triple A Barranquillas, si bien en 1999 estaba en situación de excedencia en Agbar. Con la venta de las acciones de Agbar en Inassa, se desvinculó de esta sociedad, luego fue consejero ejecutivo de Inassa en 2002 a solicitud de Canal Extensia, la sociedad que compró el 75 por ciento de las acciones, y Tecvasa obtiene el 25 por ciento.
Respecto a la variación de precio, Olmos ha asegurado que una de las diferencias residen en que la compra implicaba el control mayoritario de Inassa y que se exigía que se incorporará un socio cualificado para los planes de extensión.
Sobre el hecho de que la operación se realizará en Panamá, ha explicado que el país ofrecía entonces más seguridad a los inversores, pues en aquella época había unas 1.000 muertes violentas al año, y que había más cercanía física con Barranquilla (en relación a Bogotá). Además, el banco que financia la operación estaba en Panamá y que la diferencia de precio se explica por la relación entre socios más que por las condiciones del mercado.
Olmos ha indicado que él tenía un porcentaje "muy minoritario" de Inassa, que en ningún momento participó en las decisiones estratégicas de compraventa por su participación minoritaria y que por tanto él no tenía conflicto de intereses. Respecto a las manifestaciones de Ildefonso de Miguel, simplemente ha espetado que "ese señor es un mentiroso enfermizo".
El exrepresentante de Agbar ha relatado también que la banca Rotschild avaló la operación y que él no ha sido "juez ni parte". El diputado de Podemos Miguel Óngil ha subrayado que el compareciente estaba en la parte vendedora y compradora. Ha insistido en que el negocio era "creciente" y ello puede explicar el importe pagado por adquirir Inassa.
A su vez, la diputada Encarnación Moya y el parlamentario de Ciudadanos Roberto Núñez han aludido a posible sobrecoste en esa operación en un periodo de menos de un año y han incidido en que Panamá era un "paraíso fiscal".