MADRID, 8 Nov. (EUROPA PRESS) -
Los nueve miembros del jurado popular han declarado culpable por unanimidad a Ángel A. por degollar a su exmujer en San Sebastián de los Reyes en el año 2015, aprovechando que su hija se encontraba en el colegio.
En su veredicto, emitido a última hora de la tarde de ayer, el jurado lo culpabilizó de un delito de asesinato al considerar probado que fue él quien acabó con la vida de su exmujer. Finalmente, han estimado que es culpable de este delito y no de homicidio, pues ni siquiera su abogado lo pidió durante el juicio.
En su declaración ante el juez, Ángel negó que cometiera el crimen por el que se le acusaba, pero reconoció que mantuvo una "fuerte" discusión con ella una semana antes de los hechos, en las que llegó a amenazarla.
Así se manifestó Ángel A. a preguntas de su defensa y del Ministerio Público, que le reclamaba una pena de 25 años de prisión como responsable de un delito de asesinato acaecido en diciembre de 2015, en el que estaba acusado de asesinar a su expareja cortándole el cuello cuando la hija de ambos estaba en el colegio ante la negativa de la mujer a volver a retomar la relación.
Además, reclamó para la menor una indemnización de 320.000 euros en concepto de responsabilidad civil por muerte de madre y de otros 250.000 euros para el hijo que reside en Argentina. Del mismo modo, exigía el pago de 90.000 euros para cada uno de los dos hermanos de la víctima.
Ángel A. reconoció que su expareja le denunció por malos tratos en 2007, aunque fue absuelto, pero negó que fuera él quien pidió que volvieran a estar juntos, sino que esa petición vino de su expareja. El acusado explicó que cuando se enteró de dicha petición se mostró "encantado" porque "aún la quería".
"Me comentó que tenía una relación superficial con otro hombre, pero que quería volver conmigo", relató Ángel, que también explicó que durante una conversación le planteó una disyuntiva: o dejaba a ese otro hombre o no estaría con ella.
El acusado reconoció que mantuvo una "fuerte" discusión alrededor de una semana antes de los hechos, en los que llegó a amenazarla, y que su expareja le dijo que no quería verlo más y lo echó de su casa.
Por otra parte, el día antes de los hechos, el acusado aseguró que su expareja lo llamó para que se personara en su casa y que él "la notó nerviosa y asustada", por lo que acudió. Señaló que, una vez en la vivienda, mientras tomaban mate en la cocina de su expareja, lo besó. También contó que pasó la noche ahí pero no durmió con ella. Sí lo hizo un mes antes.
En cuanto el día de los hechos, Ángel A. detalló que es cierto que durmió la noche anterior ahí, pero que se levantó para ir al hospital a realizarse unos análisis y ya no volvió a la casa de su expareja, algo que contradice la versión del fiscal. Además, aseguró que se enteró de su muerte una vez estaba en su trabajo --parrillero en un restaurante argentino--.
ACUSACIÓN DE LA FISCALÍA
El escrito de calificación provisional de la Fiscalía recoge que el acusado mantuvo una relación sentimental con la víctima desde 1997 hasta 2012, fruto de la cual tuvieron dos hijos: una niña menor edad en el momento en que se produjeron los hechos y que residía en España con su madre y otro hijo que tenía fijada su residencia en Argentina.
Tras dar por concluida la información, Ángel A. se trasladó a Argentina de donde no regresó hasta septiembre de 2015. A partir de entonces, "trató de retomar la relación sentimental con la víctima aprovechando para ello que tenían que tener contacto frecuente para tratar temas relativos a la hija común".
Al comienzo, la relación entre ambos fue "cordial" hasta que la mujer le comunicó, ante el deseo del acusado de volver a estar juntos, que rehusaba retomar la relación puesto que había rehecho su vida sentimental con otro hombre, motivo por el cual en diciembre de 2015 mantuvieran una "fuerte" discusión.
El acusado, de acuerdo con el fiscal, "no asumió que no tenía posibilidad alguna de reiniciar su relación" y el 11 de diciembre de 2015 el acusado decidió acabar con la vida de su expareja. Para ello, cuando la niña se había ido ya al colegio y estando en el domicilio en el que la niña y la mujer vivían, se dirigió a la habitación de su expareja con un cuchillo en la mano.
Una vez allí, sin que ella pudiera esperar un ataque por su parte, de manera "imprevista y repentina", la golpeó en la cabeza con un objeto contundente, la agarró por detrás y con el arma blanca le cortó el cuello. La mujer falleció en un breve espacio de tiempo.