MADRID, 26 Dic. (EUROPA PRESS) -
El Ilustre Colegio de Médicos de Madrid (Icomem) y el Colegio Oficial de la Psicología de Madrid han aplaudido la apuesta que desde las instituciones europeas se ha realizado para poner la salud mental en el centro de las políticas de salud pública de los distintos países miembros.
Un problema de salud pública sobre el que ha llamado la atención recientemente el Parlamento Europeo que, en una resolución aprobada el pasado día 12, reclamó a los estados miembros una estrategia a largo plazo sobre salud mental y les mandata a priorizar su cuidado como parte integral de la salud en las políticas nacionales y de la UE.
Para el decano del Colegio de la Psicología de Madrid, José Antonio Luengo, esa llamada de atención de una institución como el Parlamento Europeo sobre este problema es ya de por sí "una buena noticia" pero además, ha remarcado, se pone el acento sobre un tema que "no es baladí" como es la necesidad de estrategias a largo plazo sobre salud mental.
"No está planteando simplemente medidas aproximativas, de horadar el terreno superficial que ahora nos inquieta, nos preocupa, nos alerta y nos alarma. Está hablando de algo que tiene que tener un escalado, que tiene que tener una trayectoria, que tiene que tener un recorrido", ha apuntado el también vicepresidente primero del Consejo General de la Psicología de España en declaraciones a Europa Press.
En este sentido, ha remarcado la importancia de este aspecto en la medida en la que se apunta a que la salud mental "no debe estar en la agenda transitoriamente" sino que "debe formar parte ya del corazón de las propuestas, de los proyectos y de las iniciativas que tengan que ver con la vida de las personas".
En este punto coincide también el Colegio de Médicos de Madrid, que ha saludado especialmente la llamada a establecer estrategias a largo plazo ante un problema que va en aumento. "Estamos particularmente preocupados por el incremento de patologías relacionadas con el ámbito mental y en concreto sí hemos visto un pico de estas patologías postpandemia", ha explicado en declaraciones a Europa Press el presidente de la institución, Manuel Martínez-Sellés.
IMPLANTACIÓN A NIVEL NACIONAL
Entre los aspectos positivos de iniciativas como la del Parlamento Europeo, desde el Colegio de Psicología también se remarca que este impulso influirá "en mayor o en menor medida" en la puesta en marcha de iniciativas, proyectos y programas a nivel nacional.
La nueva ministra de Sanidad, Mónica García, ha indicado en varias ocasiones que la salud mental será una de las prioridades de su Ministerio durante la presente legislatura y se ha marcado el objetivo de cerrar un pacto de estado sobre esta materia.
"Desde el Consejo General de la Psicología venimos reclamando claramente este tipo de medidas en la Estrategia Nacional y también en las estrategias de las distintas Comunidades Autónomas, pero debemos entenderlas no solo relacionadas con los escenarios específicos donde se atiende al trastorno mental grave", ha apuntado Luengo.
Al hilo, ha indicado que salud mental "es hablar de un modelo de vida, es hablar de cómo viven las personas", con implicaciones en la esfera educativa, familiar o del modelo de ciudad, así como de la necesidad de "implementar planes que permitan promover el bienestar psicológico, el bienestar emocional y la prevención de los desajustes emocionales" y de tratar "de una manera esmerada" a los colectivos más vulnerables. Así, ha recordado la necesidad de combatir aspectos como la discriminación, la estigmatización y la exclusión social.
Sobre este punto, el Parlamento Europeo exhorta en su resolución a dar prioridad y mejorar el acceso a los servicios de salud mental de los grupos vulnerables, como niños, adolescentes, personas LGTBIQA+, pacientes con enfermedades crónicas y discapacidades, ancianos o migrantes y minorías étnicas.
Para combatirlo, se llama a desarrollar campañas de información y sensibilización y a promover debates abiertos sobre las enfermedades mentales. También se piden iniciativas para combatir el estigma, la exclusión y la discriminación de las personas con enfermedades mentales, con la participación social, institucional y de personas con experiencias similares.
En este sentido, desde el Icomem ven "clave" sensibilizar la población y "desestigmatizar" las patologías del ámbito psiquiátrico. "Creemos además que el incremento de los suicidios que se están viendo también, sobre todo en algunas franjas de edad, tiene que ser una llamada de atención para hacer estrategias que de verdad permitan prevenir esta lacra que es cada vez más frecuente en nuestra sociedad", ha añadido el presidente del Colegio.
En concreto, en 2022, las muertes por suicidio en la Comunidad de Madrid aumentaron un 15,8% con respecto al año anterior, situándose en un total de 403, la cifra más alta de la serie histórica, según el informe 'Defunciones según la Causa de muerte' del Instituto Nacional de Estadística (INE). Aunque la mayoría de ellas correspondieron a personas entre 55 y 59 años (12,1%) y al grupo de 50 a 54 años (11,9%), destaca especialmente el grupo de adolescentes, con 47 muertes entre la población madrileña de 15 a 29 años (el 11,6% del total de fallecimientos).
DISCRIMINACIÓN, ESTIGMATIZACIÓN Y EXCLUSIÓN SOCIAL
En esta línea también coincide el decano del Colegio de la Psicología de Madrid. "Todo lo que tiene que ver con la atención a los grupos vulnerables de los países, como puedan ser la infancia, la adolescencia, las personas mayores, las personas LGTB, los pacientes con enfermedades crónicas y discapacidades, los migrantes, las minorías étnicas, son colectivos de una alta sensibilidad y deberían ser de una alta sensibilidad para los Estados", ha indicado.
No obstante, ha advertido de que no son los únicos, ya que existe "una población que, aparentemente, discurre de manera silenciosa, y que, en principio, no ocupa estos escenarios de población vulnerable", pero que también tiene sus dificultades en la vida cotidiana y que deberían "ser adecuadamente atendidas".
En este marco, el presidente del Icomem ha subrayado que es "importante" facilitar el acceso a servicios de salud mental, apostando "por hacer tanto programas de prevención como de tratamiento a las patologías psiquiátricas" y "de mejoría de la situación de salud mental de la población".
Por su lado, el decano del Colegio de la Psicología ha hecho hincapié en "atender también la incorporación de marcos de intervención psicológica en los dispositivos de Atención Primaria". "Todo lo que hagamos para desarrollar políticas por la salud mental en estos escenarios, previos a lo que es la atención adecuada en los servicios especializados de la salud mental, es evidente que supone un proceso claramente costo-eficiente", ha reseñado Luengo.
Pero para ello, ha enfatizado, hacen falta más recursos y más profesionales, de todas las especialidades, para al menos igualar las ratios de la Unión Europea. Según datos del Consejo General de la Psicología de España, el Sistema Nacional de Salud cuenta sólo con apenas 6 psicólogos por cada 100.000 habitantes, frente a los 18 de la Unión Europea o los 26 de la OCDE.
"En salud mental, la intervención esencial será a través de las personas, y ahí es donde, lógicamente, los países tienen que hacer una clara apuesta por mejorar el número de profesionales, los recursos personales, de manera que lleguemos a atender adecuadamente, con rapidez, y sobre todo, sin discriminación alguna, a toda la población que lo necesita", ha remarcado.
Sobre este punto, en la resolución del Parlamento Europeo se defiende que todos los ciudadanos de la UE deben tener acceso servicios de salud mental de calidad, sin exponerse a dificultades financieras ni administrativas, y se subraya la necesidad de garantizar una mayor inversión y de abordar la escasez de personal sanitario especializado.