MADRID 11 Mar. (EUROPA PRESS) -
El Nuncio Apostólico en España, Renzo Fratini, ha agradecido al cardenal arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio María Rouco Varela, su labor al servicio de la Iglesia durante los 12 años que ha estado al frente de la CEE y ha enviado sus mejores deseos y ayuda al que sea elegido este miércoles nuevo presidente de los obispos españoles.
Durante su intervención en la apertura de la CIII Asamblea Plenaria de la CEE, Fratini ha destacado de Rouco Varela "su generosa entrega con sentido eclesial, su saber actuar desde el conocimiento real de las causas y su confianza en el Señor, sabiendo que es Él, el que guía a la nave de su Iglesia sabiamente". "Muchas gracias por todo, señor cardenal", ha subrayado.
Asimismo, ha anticipado sus "mejores votos" al nuevo presidente que será elegido, asegurándole de antemano su "fraterna ayuda en la labor confiada al servicio de este episcopado".
Por otra parte, a punto de cumplirse el primer aniversario de la elección del Papa Francisco, el próximo jueves, el Nuncio ha agradecido las expresiones de felicitación y las oraciones de los obispos y de los fieles de las diócesis españolas "como signo de la comunión que Cristo ha puesto en su Iglesia".
También se ha hecho eco del mensaje que dirigió el Papa Francisco a los obispos españoles en la reciente Visita Ad Limina cuando les dio ánimos ante la realidad actual de "la indiferencia de muchos bautizados" y del influjo de una "cultura mundana" y les ha recordado que su legado como obispos es "la santidad" pues "la Iglesia permanece cuando se dilata la santidad de Dios en sus miembros".
Según ha indicado Fratini, el Papa les pidió, en particular, "abrir caminos nuevos al evangelio" por los cuales los fieles "descubran lo que ya anida en su interior" y destacó "el acompañamiento de las familias, el incremento de las vocaciones sacerdotales y el cuidado testimonial en la atención a los pobres".
"El amor de Dios se manifiesta en la entrega y el sentido del otro, particularmente del débil. Todo esto invita a ponerse en estado de misión permanente, de anuncio incesante y animación constante", ha recordado Fratini.
En este marco, según ha añadido, los sucesores de los apóstoles, deben practicar dos virtudes: "la valentía de ofrecer con generosidad la propia vida, de consumirse por el rebaño" y "la paciencia que descansa en la confianza en el Señor y llena de esperanza cada día".
"La cizaña --ha remarcado el Nuncio-- nunca será tanta como para llenar el campo. El corazón humano está hecho para el trigo; ha sido el enemigo quien, a escondidas, ha arrojado la mala semilla. Pero la hora de la cizaña ya está irrevocablemente fijada. Por tanto, hay que trabajar, más bien, en la preparación del terreno, en la amplitud de la siembra".