MADRID, 8 Nov. (EUROPA PRESS) -
Un total de 169 máquinas quitanieves --dos más que el año pasado--, la misma plantilla de trabajadores, 16.800 toneladas de sal y más de 1.446.000 litros de salmuera (agua con sal) son los efectivos con los que cuenta el Plan de Nevadas 2017-2018 de la Delegación de Gobierno en Madrid.
El plan se dispone para responder a los fenómenos adversos de la climatología, como nevadas, hielo, granizo o lluvia engeleante, que puedan producirse en la Comunidad entre los meses de noviembre y marzo. Su objetivo último es asegurar la vialidad en la Red de Carreteras del Estado o reducir al mínimo el número de tramos con restricciones al tráfico, retenciones y su duración.
La delegada del Gobierno en Madrid, Concepción Dancausa, que este miércoles ha presidido la Mesa de Acuerdo de coordinación de actuaciones en las carreteras del Estado en la Comunidad de Madrid antes de atender a los medios, ha destacado que se mantendrán los mismos efectivos debido a "la experiencia de años anteriores, que demuestra que son suficientes para obtener excelentes resultados".
En cuanto a los puntos de control para el establecimiento de restricciones a la circulación, éstos ascienden a 84 y la capacidad en las áreas de estacionamiento obligatorio para camiones contará con 32.054 plazas.
Además, se activarán cuando sea necesario los aspersores automáticos de fundentes de nieve, situados en un tramo de un kilómetro en la entrada del Bus-VAO en Las Rozas (A-6), para evitar accidentes y retenciones en una zona especialmente sensible, donde las máquinas quitanieves tienen un acceso complicado.
El periodo de vigencia del Plan de Nevadas 2017-2018 abarca desde el 1 de noviembre hasta el 31 de marzo de 2018, contará con más de 700 agentes de la Agrupación de Tráfico en Madrid y 400 vehículos. Tendrá como principales puntos de vigilancia aquellos situados en cotas superiores a 1.000 metros. Estos son el Puerto de Somosierra en la A-1 con 1.444 metros de altitud (desde el kilómetro 84 al 96) y el Puerto de León en la N-VI con 1.511 metros de altitud (desde el kilómetro 52 al 57).
Además, los tramos conflictivos se sitúan entre el kilómetro 57 y el límite con la provincia de Segovia, en la A-1 y del kilómetro 42 y al límite de la provincia en la A-6.
ACCESOS A LA CAPITAL
El Plan también incluye previsiones específicas para minimizar la incidencia de la meteorología adversa en los accesos a la ciudad de Madrid para garantizar el más alto nivel posible de vialidad, en caso de nevadas en las diferentes vías de acceso, cualquiera que sea su titularidad a la capital y su área metropolitana, así como a los accesos al aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas, estaciones de ferrocarril y otras infraestructuras de transporte.
El Plan de Nevadas considera los accesos a la capital como vías críticas, de forma que se priorizará la vialidad especialmente en los anillos viarios de circunvalación M-50, M-45, M-40 y M-30, teniendo en cuenta la importancia de los polígonos industriales, sobre todo entre la M-40 y M-50. "La coordinación con la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento es fundamental para una gestión integral de las vías", ha destacado la delegada.
También se consideran prioritarias las radiales de entrada/salida A-1, A-2, A-3, A-4, A-5, A-6, A-42 y M-31 de la Red de carreteras del Estado y M-607, M-501, M-503 y M-511 de la Comunidad de Madrid, dodne consideran necesaria una especial colaboración con el Ayuntamiento de Madrid para "coordinar medidas encaminadas a mantener operativas las calles de acceso que conectan con esas vías".
Asimismo, se incluyen como puntos de especial atención los accesos al aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas, en concreto la M-11, M-12, M-13, M-14, M-21, M-22, M-111, A-2 y R-2, con especial coordinación en las conexiones con vías del Ayuntamiento de Madrid. Estas actuaciones son complementarias a las que puedan desarrollarse dentro del Plan de
Actuaciones Invernales del Aeropuerto.
NIVELES DE ALERTA
El Plan establece los procedimientos operativos que deberán llevarse a cabo según las tres posibles fases que pueden producirse: alerta, preemergencia y emergencia, concretándose en cada caso cuáles son los motivos para su declaración, quiénes deben intervenir, y qué recursos deben ponerse en marcha.
La declaración de las tres fases está relacionada directamente con los niveles de riesgo que puede emitir la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), a través del Plan Nacional de Predicción y Vigilancia de Meteorología Adversa (METEOALERTA); Verde, que significa que no existe ningún riesgo meteorológico, Amarillo, cuando no existe riesgo meteorológico para la población en general aunque sí para alguna actividad concreta; Naranja, cuando el riesgo meteorológico es importante, y Rojo, cuando el riesgo es considerado extremo.