El tiroteo de Las Rosas se produjo después de que la víctima aconsejara a una menor denunciar maltrato

MADRID 28 Nov. (EUROPA PRESS) -

El tiroteo que acabó en marzo de 2022 con la vida de un hombre en Las Rosas en el marco de un enfrentamiento entre clanes de etnia gitana se produjo después de que la víctima, del clan de los 'Limpias', aconsejara a una menor denunciar un supuesto maltrato por parte de su pareja y sus suegros.

"Pedimos Justicia para mi marido. Fue una emboscada", ha aseverado a las puertas de la Audiencia Provincial de Madrid la mujer del fallecido, quien fue tiroteado desde un coche. El juicio ha arrancado esta mañana con la selección del jurado popular que enjuiciará los hechos.

La familia está defendida por el abogado Marcos García Montes, quien reclama 22 años de prisión para todos los procesados. La defensa reclama la absolución de sus clientes al afirmar que solo estaban en la zona y que su coche sufrió un accidente.

"Fue un asesinato en toda regla. La han ejecutado como si fuera un perrito, le han quitado a la vida sin saber por qué. Y pedimos justicia, justicia. Han estado desterrados no porque nosotros los hayamos desterrado, sino por el asesinato de mi marido, fueron ellos quienes se desterrados", ha aseverado.

La mujer denuncia que fue una emboscada en toda regla porque iban en su coche, lo persiguieron, se chocaron y le dispararon. "Le han quitado la vida porque él aconsejó que denunciara, porque era maltratada. Y la maltrataba su pareja y los suegros también la maltrataban", ha dicho.

La Fiscalía de Madrid solicita penas de entre 22 y 10 años de prisión para cuatro hombres y una mujer. El representante del Ministerio Público imputa a dos de los acusados un delito de asesinato en calidad de coautores, a otro como cooperador necesario y a en calidad de cómplices.

HECHOS JUZGADOS

El escrito de la Fiscalía señala que en fechas anteriores al 16 de marzo de 2022 se produjo una disputa familiar en la que trató de mediar J. G. S., hecho por el cual ese mismo 16 marzo los acusados "y terceras personas cuya identidad se desconoce" se concertaron con el fin de causarle la muerte.

A tal efecto, acordaron tenderle una emboscada en la que iban a intervenir dos vehículos, mientras que D. A. V. V. Y C. V. M., tenían pensado dispararle a bordo de un tercer vehículo. Así, poco antes de las 15 horas, E. V. V. se trasladó con su coche junto a su hijo A. V. J. y su mujer G. J. S. "quienes le prestaban apoyo de todo orden que pudiera necesitar", hasta la avenida de Guadalajara de la localidad de Madrid.

Allí esperaron a que apareciera en su vehículo J. G. S. para colisionar contra él. A continuación, el vehículo conducido por E. V. V. persiguió al de J. G. S. hasta llegar a la confluencia de la avenida de Guadalajara con la plaza de Alsacia, "regulada por un semáforo que se hallaba en fase roja".

En ese momento, el acusado realizó un adelantamiento rápido y situó su vehículo delante del conducido por la víctima, "deteniéndose en seco", por lo que J. G. S. ., "debido a la fugacidad de la maniobra", colisionó por detrás con el turismo, "quedando imposibilitado para continuar la marcha".

En ese instante, se aproximó el vehículo conducido por C. V. M. y en el que viajaba en el asiento del copiloto su padre, A. V. V. el cual se situó en el carril izquierdo contiguo al conducido por la víctima, de tal forma que no pudo abandonar el coche.

Acto seguido A. V. V. bajó la ventanilla delantera derecha del vehículo y sacó una pistola con la que efectuó "repetidos" disparos contra este, impactando en su cuerpo cinco balas, que le provocaron la muerte. El acusado carecía de toda licencia o autorización para la tenencia del arma con la que efectuó los disparos.