MADRID, 16 Jun. (EUROPA PRESS) -
La asociación de vecinos del Batán-Casa de Campo lucharán para que el centro de Primera Acogida de menores de la Comunidad de Madrid ubicado en el barrio vuelva a ser albergue juvenil, "que es para lo que fue creado en los años 40" y que venía funcionando como hace años y medio.
El Albergue Juvenil Richard Schirrmann, dependiente de la Consejería de Cultura, era uno los seis únicos espacios de la región que formaban parte de la Red Nacional de Albergues Juveniles. Fue reconvertido en centro de menores de 15 a 17 años hace un año por procedimiento de urgente ante el repunte en la llegada de menores extranjeros no acompañados ('menas') a Madrid. Dependiente de la Agencia Madrileña de Atención Social (AMAS), gestionado por una empresa privada.
El centro cuenta con 66 plazas, actualmente ocupadas. Los chicos del centro están tutelados o en situación de atención inmediata por la Comunidad de Madrid. Pasan un tiempo en los centros de primera acogida hasta que se les traslada a un recurso más estable, trabajando los técnicos en su inclusión social y adaptación cultural, han informado a Europa Press fuentes de la Consejería de Políticas Sociales, Igualdad, Familias y Natalidad.
La asociación de vecinos ha señalado que desde el año pasado han estado en conversaciones tanto con la Dirección General de Infancia de la Comunidad de Madrid como con la Junta de Seguridad en el Distrito de Latina sobre este tema. En estas reuniones manifestaron su "total oposición a esta instalación, toda vez que no cumplen los requisitos precisos para la atención a esta clase de colectivo".
Al mismo tiempo, el colectivo vecinal ha mostrado su "sorpresa y total desacuerdo con privatizar un albergue público, del que se beneficiaban jóvenes europeos y que está dentro de la red de albergues". Y han criticado que, en contra de la transparencia que debe regir en estas decisiones públicas, no les comunicaron el cambio de uso de estas instalaciones, por lo que no pudieron planear alegaciones.
Ahora, tras las agresiones y robos denunciados protagonizados supuestamente por menores de este centro, la asociación pide a la Comunidad de Madrid que el lugar "no sean una fuente de conflictos permanentes" y advierte que será "la responsable de cualquier hecho que se produzca y haga daño a la vecindad".