MADRID, 19 Oct. (EUROPA PRESS) -
Un acusado de abusar sexualmente de una joven no ha recordado nada en el juicio de los hechos ocurridos el 17 de octubre de 2020 en el piso del distrito de Chamberí de la chica, a quien propinó una brutal paliza tras negarse a mantener relaciones sexuales.
La Fiscalía de Madrid solicita trece años de cárcel para el acusado por un delito de abusos sexuales, lesiones y robo con violencia, mientras el letrado de la víctima, el abogado Juan Gonzalo Ospina, eleva la petición de cárcel a dieciséis años al calificar los hechos de agresión sexual.
Tras negarse a mantener relaciones sexuales, la chica recibió una brutal paliza. Sufrió fracturas y deformidad en la nariz, necesitó la reconstrucción de dos piezas dentales, requirió tres días de hospitalización a los que sumó ochenta y siete días más de convalecencia.
En el juicio, el acusado se ha limitado a señalar que no recordaba nada de lo sucedido aquella noche. Sin embargo, la víctima ha relatado el violento episodio vivido con su agresor tras propinarla una paliza después de que se negara a mantener relaciones sexuales.
En casos de delitos sexuales, el testimonio de la víctima es suficiente para enervar la presunción de inocencia de un acusado siempre que su declaración no genere dudas ante el tribunal.
Al investigado, un hombre de nacionalidad de rumana de 33 años, se le acusa de un delito de abuso sexual, otro de robo con violencia y un tercer cargo por un delito de lesiones.
PETICIÓN DE PENA DEL FISCAL
Por el delito de abuso sexual, el fiscal solicita la pena de dos años de prisión, e igualmente pide la aplicación de libertad vigilada con obligación de participar en programas de educación sexual, así como la prohibición de aproximarse a la víctima a distancia inferior a quinientos metros. Y pide la prohibición de comunicarse por cualquier medio con la víctima por un periodo de cinco años.
En cuanto al delito de robo con violencia, solicita la pena de cinco años de prisión. Por último, se insta a la pena de seis años de prisión por lesiones y a la inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena.
Los hechos se produjeron a las 23.30 horas del 17 de octubre del 2020 cuando se encontraba en su domicilio del barrio de Chamberí acompañada del acusado, al que había conocido días antes en un local de ocio situado en la calle Pelayo de Madrid, donde estaba celebrando su cumpleaños.
La víctima relata en su denuncia que sobre las 08.00 horas el acusado comenzó a realizarle tocamientos de naturaleza sexual que no le agradaron, oponiéndose claramente a ellos y pidiéndole al acusado que se marchara de su domicilio.
Entonces el imputado comenzó a darle golpes a la par que le preguntaba insistentemente por el lugar en que se hallaba el dinero, momento en el cual la joven se desvaneció y su invitado aprovechó para robarle el teléfono móvil, dinero en efectivo, una cadena dorada y abandonar el domicilio dejando a la mujer malherida en el suelo.
Tras recuperar la conciencia, la víctima comenzó a pedir auxilio a sus vecinos, quienes inmediatamente dieron aviso a la Policía y el Samur.
Gracias a la tecnología de geolocalización, que se puso en marcha con las pesquisas policiales más inmediatas, localizaron el teléfono móvil de la mujer en la casa del investigado, y lograron el testimonio de un testigo que situaba la cadena dorada en manos del ahora acusado.
DENUNCIAR LOS CASOS
El abogado de la víctima, el letrado penalista Juan Gonzalo Ospina, ha incidido en que "no basta con denunciar en la Policía ante un caso de violación, agresión sexual o abuso", sino que destaca la importancia de acudir a un abogado penalista experto en delitos sexuales que conozca "el trámite adecuado a seguir y no deje en desamparo a la víctima".
Además, ha resaltado "la mejora en la investigación criminal con unidades especializadas como la UFAM (Unidad de Atención a la Familia y Mujer) de la Policía Nacional que realizaron una labor encomiable en la presente investigación".
Así, ha asegurado que ello "puede ser la diferencia entre encarar un juicio con las suficientes garantías procesales para las víctimas, en una situación nada fácil para las mismas, en un sistema judicial garantista como es el nuestro, donde es necesario demostrar la culpabilidad del acusado con pruebas lo suficientemente contundentes para que no quede lugar a dudas de su infracción".