MADRID, 30 Nov. (EUROPA PRESS) -
El Reglamento de Infraestructura para Combustibles Alternativos (AFIR) es la pieza "clave" de la legislación propuesta por la Comisión Europea para garantizar un despliegue adecuado de la infraestructura pública pero los objetivos están lejos de ser lo "suficientemente ambiciosos", según el director general de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA), Eric-Mark Huitema.
El director general, en una carta, señala que los Estados miembros de la Unión Europea quieren "diluir el nivel de ambición" en lugar de aumentarlo.
El pasado julio, la Comisión presentó el AFIR como parte de su paquete de medidas climáticas 'Fit for 55', que propone nuevos objetivos de dióxido de carbono (CO2) para coches y furgonetas. "Ahora les corresponde a los gobiernos nacionales y a los diputados del Parlamento Europeo (PE) evaluar esos planes", comenta Huitema.
En este sentido, el ejecutivo destaca que, aunque los eurodiputados nombraron al portavoz para la AFIR, se espera que los debates no se inicien realmente hasta el primer trimestre de 2022 porque es probable que el Consejo no llegue a un acuerdo antes de Navidad, mientras que los avances dentro de los Estados miembros han sido mucho más rápidos.
Desde la ACEA, esperan que cuando los franceses asuman la presidencia del Consejo, que actualmente tiene Eslovenia, el 1 de enero, se intente llegar a un acuerdo entre los Estados miembros a principios de año.
"Lo que hemos oído hasta ahora parece indicar que algunos Estados miembros están tratando de suavizar los objetivos AFIR en lugar de reforzarlos para igualar el nivel de ambición de los objetivos de CO2", denuncia el director general de la asociación.
Los fabricantes de automóviles europeos están "muy preocupados" por la falta de ambición general de la propuesta AFIR ya que los objetivos parecen ser más bajos que los del actual Despliegue de la infraestructura de combustibles alternativos (AFID), que ha dado "resultados decepcionantes".
Recientemente, ACEA y Transport & Enviroment (T&E) se han unido para llamar la atención sobre la importancia de la revisión de la Directiva de Eficiencia Energética de los Edificios (EPBD). Además de unos objetivos sólidos de AFIR para las infraestructuras públicas, Europa también necesitará una EPBD ambiciosa para garantizar que se suministren suficientes puntos de recarga privados y semipúblicos en el hogar y en el trabajo.
El hecho de que el AFIR y el reglamento de CO2 para coches y furgonetas estén siendo tratados por comisiones diferentes en el Parlamento Europeo es, por ejemplo, uno de esos factores que indican que "podríamos correr el riesgo de acabar con un paquete climático desincronizado", denuncia Huitema.
"Es importante que en los próximos meses sigamos recordando al Consejo, al Parlamento y a la Comisión que, en lugar de centrarse en alcanzar compromisos de forma aislada, tienen que verificar en cada fase del proceso que las diferentes piezas del complejo rompecabezas de 'Fit for 55' siguen estando totalmente alineadas", concluyó el director general.