Oliver Blume insiste en que la situación del grupo "es grave"
MADRID, 4 Dic. (EUROPA PRESS) -
El consejero delegado (CEO) de Volkswagen Group, Oliver Blume, defiende el plan de ajuste propuesto por la dirección del fabricante, que contempla el cierre de hasta tres plantas de producción en Alemania, y ha calificado de insuficiente el plan sindical de reducción de costes valorado en unos 1.600 millones de euros.
"No estamos operando en un mundo de fantasía y la situación actual es grave", ha comentado el empresario germano en una reunión con los trabajadores en la sede central del grupo en la ciudad alemana de Wolfsburgo, para añadir a continuación que la cúpula está, en estos momentos, preocupada por "el futuro de la empresa".
La presión de la competencia es cada vez mayor, la demanda se reduce y los costes laborales de Volkswagen en Alemania son "demasiado elevados", ha indicado Blume, que ha añadido que está "interesado" en trabajar conjuntamente con los sindicatos para "encontrar una solución", aunque ha advertido de que todavía hay mucho que negociar.
DICE QUE LA PROPUESTA SINDICAL PUEDE SER UN "PUNTO DE PARTIDA"
La contrapropuesta de reducción de costes planteada por el sindicato IG Metall dista mucho de ser suficiente, a pesar de que sí que podría ser un "punto de partida", ha reconocido el CEO del grupo. "Podemos fabricar los mejores coches del mundo, pero eso no importa si no ganamos dinero con ellos", ha admitido.
La crisis en Volkswagen necesita, según ha comunicado en las últimas semanas la dirección de la empresa, una reducción de costes de hasta 10.000 millones de euros y, para ello, más allá del cierre de plantas, el fabricante contempla una reducción salarial generalizada en Alemania del 10%.
Por el momento, las negociaciones entre la cúpula de Volkswagen y los sindicatos se retomarán el próximo lunes, aunque la jefa del comité de empresa, Daniela Carvallo, ya ha advertido de que los trabajadores tendrán que hacer concesiones si se quiere tener solventada la crisis antes de Navidad.
Este pasado lunes cerca de 100.000 trabajadores de las fábricas de Volkswagen se unieron a la primera jornada de huelgas contra el fabricante en Alemania organizada en una serie de paros laborales de dos horas para protestar contra las amenazas de recortes salariales, cierres de plantas y despidos masivos.
Entre las reclamaciones de los que protestan, que ya han amenazado con una mayor escalada si la empresa no está dispuesta a ceder, se contemplan aumentos salariales y una mejor protección laboral dando de lado a los recortes de sueldos y los cierres de plantas planteados.