Publicado 14/03/2024 13:39

El EX30 es el modelo de Volvo con menor huella de carbono entre todos sus eléctricos, según informe LCA

Volvo EX30 exterior
Volvo EX30 exterior - VOLVO

MADRID 14 Mar. (EUROPA PRESS) -

El Volvo EX30 es el modelo con la huella de carbono más baja entre todos los vehículos 100% eléctricos fabricados por la marca sueca propiedad de la china Geely, según el informe de evaluación del ciclo de vida (LCA).

En concreto, el EX30 de Volvo tiene una huella de carbono total de 23 toneladas por cada 200.000 kilómetros, lo que supone, por ejemplo, un 60% menos que el XC40 de gasolina.

El informe evalúa los materiales y procesos que contribuyen en mayor medida al nivel de emisiones del vehículo, así como todo el ciclo de vida del vehículo, desde la extracción y el refinado de las materias primas hasta el final de su vida útil.

Así, el uso de electricidad de origen eólico para la recarga del EX30 hace que se reduzca "considerablemente" su huella de carbono en comparación con el mix eléctrico global o el mix eléctrico europeo, en torno a un 42% y un 22%, respectivamente.

"La transición a vehículos eléctricos es fundamental para limitar el cambio climático, pero hace falta una mayor transparencia sobre sus desafíos para reducir aún más sus emisiones", ha señalado el responsable de acción climática de Volvo Cars, Jonas Otterheim.

Volvo tiene la ambición de ser un fabricante de vehículos totalmente eléctricos para 2030 y alcanzar las cero emisiones netas de gases de efecto invernadero para 2040, para lo que consideran que han dado "un paso fundamental" con el Volvo EX30.

En este sentido, el modelo EX30 tiene la proporción de materiales reciclados más alta de todos los coches de Volvo lanzados hasta la fecha, con alrededor de una cuarta parte del aluminio y casi una quinta parte del acero de origen reciclado, mientras que sobre el 17% de los elementos de plástico del vehículo son reciclados.

En la fabricación, la compañía sueca con propiedad china tiene previsto reducir el impacto de CO2 del EX30 colaborando con proveedores a lo largo de toda la cadena de valor. En concreto, para 2025 esperan que los proveedores de batería reduzcan en un 20% las emisiones generadas para fabricar las baterías LFP y un 46% las emisiones generadas para fabricar la batería NMC, para lo que sus colaboradores emplearán electricidad procedente de fuentes renovables.

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