Roma quiere que, al menos, el 45% de los componentes de cada vehículo procedan de proveedores locales
MADRID, 9 Ago. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno italiano de Giorgia Meloni condiciona el apoyo público a la instalación de una fábrica de la automovilística china Dongfeng en el país transalpino a que la compañía acepte ciertas salvaguardas en materia de ciberseguridad y protección de datos tanto de trabajadores como de clientes y proveedores.
A medida que avanzan las conversaciones con Dongfeng, el Ejecutivo de Roma está exigiendo que componentes como las unidades de infoentretenimiento sean suministrados por proveedores locales por razones de seguridad, según avanza este viernes la agencia 'Bloomberg' donde aseguran que las autoridades italianas también quieren que los datos de los consumidores se recopilen y gestionen dentro del país.
De esta manera el Gobierno de Meloni busca aprovechar las ventajas de la inversión china en la industria italiana al tiempo que trata de sortear las tensiones comerciales crecientes entre la Unión Europea y el país de Xi Jinping, sobre todo, tras la ruptura de relaciones con la salida de Roma del Tratado de la Nueva Ruta de la Seda china.
En concreto, Italia quiere que al menos el 45% de todos los componentes de cada coche de Dongfeng procedan del país, lo que permitiría a la empresa china beneficiarse de varios cientos de millones de euros en subvenciones públicos.
En este contexto, Italia se ha comprometido a aumentar la producción de automóviles en el país a un millón de vehículos en 2030. En 2023, el país ensambló 880.000 coches, según la Organización Internacional de Constructores de Automóviles. En 2017, esa cifra era de 1,14 millones y desde el año 2000 el descenso ha sido cercano al millón de vehículos.