Acumula 550.000 pedidos
MADRID, 5 Dic. (EUROPA PRESS) -
El presidente y consejero delegado de Toyota en Europa, Matt Harrison, ha reconocido que el grupo automovilístico no prevé recuperar la normalidad en 2023 y también que la crisis de los semiconductores, la guerra en Ucrania y la elevada inflación han tenido un impacto "mayor de lo esperado" en 2022.
En el marco del 'Kenshiki Forum' organizado por la compañía en Bruselas, Harrison ha manifestado que no está seguro de que en 2023 el fabricante pueda recuperar la normalidad, dado que todavía existe una "brecha importante" entre la capacidad de producción disponible y la demanda. De hecho, ha opinado que seguirá "habiendo problemas" en la primera mitad de 2023.
En ese sentido, ha apuntado que Toyota tiene actualmente en torno a 550.000 vehículos vendidos que todavía no ha podido entregar y ha indicado que los tiempos de espera de los clientes se sitúan entre seis y doce meses.
La compañía japonesa prevé cerrar 2022 con alrededor de 1,1 millones de unidades vendidas en Europa y también con un "récord" de cuota de mercado del 7,3%, lo que supone 0,9 puntos porcentuales más que el año anterior.
COMPETENCIA CHINA
En relación con la competencia de las marcas chinas en el mercado europeo y en relación con su pujanza ligada a los vehículos eléctricos, Harrison ha señalado que no subestima "en absoluto" la velocidad con la que avanzan las firmas del gigante asiático y en su capacidad para "subir de nivel" en términos de tecnología.
Sin embargo, el presidente y consejero delegado de Toyota para el mercado europeo ha remarcado que no cree que su compañía se vaya a ver muy afectada por la introducción de firmas chinas en el Viejo Continente.
Así, ha valorado que habrá otras marcas que "lo sufran más" debido a que existen determinados segmentos de mercado en los que algunos fabricantes no tienen capacidad para electrificar de forma rentable su cartera de vehículos, lo cual supondrá una oportunidad que podrían aprovechar las firmas del gigante asiático.
Sobre ello también ha apuntado que las firmas chinas que llegan a Europa lo hacen con unos precios bajos con los que es "difícil competir", al tiempo que ha señalado que pueda existir cierta "tensión" con que el producto automovilístico chino tenga las puertas del mercado europeo completamente abiertas.
"EURO 7 NO AYUDA A LOS CLIENTES"
Harrison también ha valorado la normativa Euro 7, a través de la cual se restringen los estándares de las emisiones contaminantes para automóviles y furgonetas en la Unión Europea (UE).
"En el desafío general al que nos enfrentamos para la electrificación (en Europa), no creo que Euro 7 nos esté ayudando (al sector automovilístico), o al cliente en particular", ha señalado el alto directivo de Toyota.
Sobre ello, ha señalado que la adopción de Euro 7 supone una inversión y un coste elevado para las marcas, lo cual hace que se distraigan del foco principal, que es la "aceleración dramática" hacia los vehículos totalmente eléctricos que habrá en Europa en 2035 debido a que en ese año se prohibirá la venta de automóviles de combustión interna en la UE.
En esa línea, uno de las pasos que está dando Toyota es el de "asegurarse" de que puede mantener la competitividad en el mercado de los vehículos híbridos y también en hacerlos accesibles al público.