MURCIA, 1 Nov. (EUROPA PRESS) -
El crisantemo, la flor más utilizada en los cementerios con motivo del Día de Todos los Santos, especialmente, porque es en otoño cuando empiezan a florecer y durante estas fechas están en pleno apogeo, simboliza la eternidad.
Se trata de una flor de origen asiático, pero extendida por todo el mundo, con numerosas variaciones y colores. Y aunque se les asocia con la muerte, simbolizan la eternidad, la fidelidad, el optimismo, la sabiduría y la larga vida, aunque también depende del color.
Concretamente, el crisantemo amarillo simboliza el amor rechazado o el desprecio; el blanco, el fin de un amor o un dolor profundo, mientras que el rojo es la fuerte amistad.
El azul, significa una relación y superación rápida y el morado, simboliza una relación intensa. Por el contrario, el crisantemo rosa o naranja representa el amor frágil o el amor dulce.
Esta planta se caracteriza por ser resistente y muy fácil de cuidar, aunque prefiere la luz exterior, y es enemiga tanto del frío como el calor, por lo que necesita una temperatura intermedia.
Símbolo de este día son también la rosa, el tagete o clavel, que según la creencia mexicana tenía propiedades espirituales, además de la cala, dalia o el gladiolo; todas ellas flores resistentes y duraderas.