Uno de los hermanos, que actualmente trabaja en servicio de ropería de Jesús Abandonado, estuvo 30 años destinado en Sierra Leona
Asegura que "con el siguiente hospital a 40 kilómetros, lo que no hagas tú en Sierra Leona, no lo hará nadie"
MURCIA, 19 Mar. (EUROPA PRESS) -
El Hospital San Juan de Dios de Mabesseneh (Lunsar, Sierra Leona), cumple este año sus bodas de oro. Un centro que lleva 50 años atendiendo y prestando servicio a la población de uno de los países más empobrecidos del mundo.
Jesús Goñi (Pamplona, 1935), hermano de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, con 19 años trabajando en las instalaciones de la Fundación Jesús Abandonado, afirma estar "emocionado por poder volver otra vez donde pasé una parte muy importante de mi vida".
Goñi estuvo 30 años destinado en Sierra Leona, formando parte del grupo de cuatro hermanos que marcharon en 1967, y es el único que ha podido estar en las instalaciones de Mabesseneh para celebrar el medio siglo de la OHSJD en este país.
"Yo había cursado los estudios de Ayudante Técnico Sanitario (ATS) y creía que estaba preparado, pero uno parece que sabe mucho y luego cuando se está en Sierra Leona se da cuenta que no es así, en este trabajo es la experiencia lo que abre camino".
"Estoy muy contento pero a la vez muy triste, por el hecho de que no han podido acompañarme el resto de hermanos", ya que de los cuatro iniciales, uno de ellos ya ha fallecido y los otros dos no pueden acudir por diferentes motivos de salud.
Subdirector del hospital, estuvo mucho tiempo a cargo de la farmacia, realizando él mismo los medicamentos necesarios para la población. Así, "comprábamos la materia prima en Alemania y en España, y fabricábamos todo aquí, para poder ofrecer medicinas más barata, y alcanzar a más gente".
"El siguiente hospital más próximo está a 40 kilómetros, así que lo que no haces tú allí no lo hace nadie. A veces se hace muy duro, y es necesario saber dar prioridad a las personas más graves".
Al complicarse la situación política en ese país a causa de la guerra, se ve obligado a abandonar Lunsar y regresa a España en 1995, incorporándose a Jesús Abandonado en 1997.
Recuerda que "durante muchos años éramos tan sólo los españoles en el hospital, hasta que decimos pagar la escolaridad a un número importante de niños, que son los que ahora rigen el hospital, todo es personal nativo". El último religioso español fue Manuel García Viejo, que falleció a causa de la epidemia de Ébola que asoló el país.
"El hospital ha crecido mucho, ha recibido mucha ayuda de España y de la Unión Europea, ahora hasta tiene una escuela propia de enfermería, se ha ampliado acorde con los tiempos. Cuando llegamos ya estaba en pie el centro, pero era muy deficiente, y es entonces cuando la OHSJD entra, se hace cargo. Le dimos impulso, vida, fue creciendo poco a poco hasta convertirse en referencia y atender en un día a 200 personas en el consultorio".
"Acabamos con las malas prácticas existentes en otros hospitales de la zona, como atender a las personas según el color de su piel, la nacionalidad o el dinero, no aceptando ningún tipo de sobornos. Nos sentimos muy queridos, nos aprecian mucho, en todo el país, tanto por el trato humano como por la atención sanitaria".
En la actualidad, Jesús Goñi está a cargo del servicio de ropería del Centro de Acogida de la Fundación Jesús Abandonado, en la Carretera de Santa Catalina.
Como explica Goñi, "gracias a la generosidad de la sociedad murciana, que se ha volcado desde sus inicios con Jesús Abandonado", pueden los voluntarios y profesionales desarrollar su labor con las personas en riesgo de exclusión en la Región de Murcia. De hecho, ha señalado, a lo largo del año 2016, el recurso de ropería y ducha dio más de 17.000 servicios.
A los actos de aniversario, además de Goñi, acudió una delegación compuesta por personal del Hospital y del Campus Docent Sant Joan de Déu de Barcelona, y representantes de diferentes partes del mundo de la OHSJD y de su ONGD para el desarrollo, Juan Ciudad, con la que colabora Jesús Abandonado.