Maza defiende el principio de "imparcialidad y la erradicación de la corrupción económica y política"

MURCIA, 15 Mar. (EUROPA PRESS) -

El fiscal general del Estado, José Manuel Maza, ha defendido este miércoles el principio de la "más estricta imparcialidad" de la institución judicial que preside y ha resaltado su firme compromiso con "la erradicación de la corrupción económica y política".

En su discurso con motivo de la toma de posesión del nuevo fiscal superior de la Comunidad, José Luis Díaz Manzanera, ha advertido que en todos los candidatos que aspiraban a dicho cargo en Murcia "concurrían sobradamente idoneidad, méritos y capacidad; méritos extraordinarios y sobrada cualificación y merecimientos para acceder al puesto".

De hecho, ha confesado que la decisión fue "difícil e ineludible y vino condicionada por esa oportunidad y conveniencia de aprovechamiento de los recursos, de todos los recursos personales de la institución".

Maza, que ha trasladado su compromiso de que se continuará trabajando "para asumir nuevas competencias -la investigación de las causas penales- en el marco del futuro proceso penal, confiando en que por fin llegue a buen puerto la reforma reclamada desde múltiples ámbitos, y durante tanto tiempo, concitando la cuasi unanimidad", ha tenido sus primeras palabras de su intervención para el fiscal saliente, Manuel López Bernal, a quien le ha agradecido su labor, aunque "continuará sirviendo a la misma".

Maza, que ha parafraseado a los filósofos Schopenhauer y Henry Bergson, para dejar claro que la vida significa "cambio constante y nacimiento permanente", considera que la responsabilidad de proponer nombramientos "no consiste sólo en determinar cuál de los candidatos a ocupar un determinado puesto reúne las mejores condiciones, sino que incluye también, y en primer plano, la obligación de ofrecer a los ciudadanos que finalmente se verán afectados el perfil del servidor público elegido".

En este sentido, ha justificado que el relevo al frente de la Fiscalía Superior "ilustra exclusivamente sobre las posibilidades que el Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal ofrece para la renovación, en una línea de continuidad institucional que permite aprovechar y rentabilizar la inmensa riqueza de efectivos personales con que cuenta el Ministerio Fiscal".

COMPROMISO DE DÍAZ MANZANERA.

Maza ha tenido palabras de elogio para el nuevo fiscal superior de Murcia, un juez excedente y fiscal que tomó posesión como fiscal en 1991. Por ello, considera que "difícilmente puede encontrarse a alguien que con más profundidad conozca esta Fiscalía y sus fiscales; esta Comunidad y sus gentes".

En el plano profesional ha resaltado su dedicación a las áreas de medio ambiente y de siniestralidad laboral, "preocupación que revela su profunda vocación en relación con una de las misiones más importantes del fiscal: la promoción del interés social".

Más allá de su función tradicional de promoción de la acción penal, el fiscal, ha explicado, "ha de estar implicado en la defensa de las personas con discapacidad, consumidores, víctimas de violencia de género, protección del medio ambiente, patrimonio histórico artístico, costas y ordenación urbana, preservación del derecho de los trabajadores a desempeñar sus oficios con seguridad o derecho de los usuarios de las vías públicas a la seguridad vial o de extranjeros en situación de potencial exclusión por explotación laboral o sexual".

Además del "combate contra las redes de trata de seres humanos, la protección de menores desamparados, de ancianos abandonados en residencias o enfermos mentales ingresados en centros psiquiátricos".

También ha comentado que aparte de su experiencia profesional, su formación académica y docente, Díaz Manzanera aporta a la Fiscalía Superior "un proyecto de trabajo cargado de ideas, organización interna, método y compromiso personal".

En un momento "lleno de incógnitas y desafíos de futuro, el Ministerio Fiscal es una institución emergente, en línea de renovación y desarrollo que en los últimos 10 años ha adaptado su capacidad a la estructura social y geográfica de la España actual, pasando de poco más de 50 a más de 90 Fiscalías; en todas ellas se han multiplicado órganos colegiados de debate que refuerzan el carácter deliberativo y prudencial de las decisiones de los fiscales jefes y, en definitiva, el principio de imparcialidad propio de la institución".

Maza ha recordado, igualmente, la especialización del Ministerio Público en áreas enteras de actividad del Fiscal: violencia sobre la mujer, medio ambiente, menores o delincuencia informática, estando, al mismo tiempo, "firmemente comprometidos con la erradicación de la corrupción económica y política".

No obstante, considera que este proceso de renovación y expansión institucional "no está culminado, dado que seguimos avanzando para afinar la organización, renovar la cualificación profesional y mejorar la calidad de nuestro trabajo".

Este Ministerio Fiscal es "siempre fiel a su triple servicio a los ciudadanos, la sociedad y el Estado de Derecho, quedando perfectamente representado en la figura, la inteligencia y la actitud abierta y receptiva del nuevo fiscal superior".

Maza ha continuado poniendo en valor la figura del nuevo fiscal superior, persona en la que "converge una sólida formación permanentemente cultivada y compromiso con la Fiscalía; un prestigio que no sólo ha sido reconocido 'ad intra', sino también 'ad extra', como se acredita a la vista de las múltiples condecoraciones recibidas".

Su persona, ha celebrado, "aspira siempre a lo mejor: estudiando a fondo los asuntos, tomando iniciativas, apurando las posibilidades procesales en favor de la ley y los derechos, incrementando su propia cualificación y especialización en diferentes ámbitos, no sólo en el de medio ambiente, en el que es un verdadero experto, sino también, y de modo, muy destacado, en su lucha firme y sin desmayo contra la corrupción, siempre dentro de los criterios de imparcialidad y respeto a la legalidad y a los derechos de todos los ciudadanos".

Para concluir, ha asegurado estar convencido de que este nombramiento "contribuirá a fortalecer la confianza de la sociedad en el fiscal a la que va a servir, de modo que lo perciban como lo que en realidad es, un defensor de la legalidad, del interés público y los derechos de los ciudadanos, manteniéndolo en la más estricta imparcialidad y exigiendo frente a todos el respeto a la autonomía del Ministerio Fiscal, constitucionalmente consagrada y que somos los primeros obligados en preservar".