MADRID 21 Mar. (EUROPA PRESS) -
El jefe del operativo del Grupo Especial de Operaciones (GEO) que intervino en Leganés afirmó hoy ante el tribunal del 11-M que "nunca" tomaron la decisión de "entrar" en el interior del piso de la calle Carmen Martín Gaite donde se habían atrincherado los siete terroristas islamistas que se suicidaron en Leganés el 3 de abril del 2004.
La fiscal Olga Sánchez preguntó al policía por el momento en que tomaron la decisión de acceder al domicilio y el geo contestó: "No, nunca. Nunca decidimos entrar".
Dijo también que, tras hacer estallar la puerta de acceso a la vivienda, su grupo, formado por 15 miembros, inició un intercambio verbal con los terroristas. Los geos les instaron a abandonar la casa y los miembros de la célula contestaron a gritos a los agentes: "¡Entrar a por nosotros mamomes!"
También detalló que el subdirector general operativo de la Policía, Pedro Díaz-Pintado, le informó poco antes del inicio de la operación de que se había interceptado una llamada en la que uno de los terroristas decían a sus familiares que "estaban rodeados" y que esa noche "iban a morir".
Explicó que las 19.00 horas una dotación de 10 agentes se desplazó a Leganés y que en un cuarto de hora, su grupo, compuesto por 5 agentes, acudió a la vivienda. Una vez allí el testigo indicó que recibió toda la información pertinente de su superior, Díaz-Pintado, quien le comunicó que estaban "atrincherados" cerca de 5 terroristas y que contaban con los explosivos no utilizados en los atentados.
Con estos datos y tras sopesar las distintas opciones para reducir a los terroristas, el jefe de la unidad diseñó toda la operación contando con "el visto bueno" del subdirector general. El testigo explicó al tribunal que un policía, vecino del inmueble, les aportó todos los pormenores sobre el interior del edificio.
"COGERLES VIVOS"
El jefe del operativo de los GEO, explicó, a preguntas de las defensas, que antes de inclinarse por la opción escogida para negociar con los terroristas --intentar, "con calma", hacerles salir con el uso de gas lacrimógeno-- se barajaron varias alternativas. Su intención, en todo caso, era "cogerles vivos", explicó el testigo en referencia a los suicidas.
Así, expuso que se desechó la opción de irrumpir en la casa por sorpresa a causa del elevado peligro que revestía para su equipo y su objetivo. Lo mismo ocurrió con la segunda posibilidad, entrar derribando la pared de la vivienda colindante. Además, el geo precisó que no disponían de acciones de caracter parecido como referencia. "No había situaciones similares que yo sepa", apostilló.
Explicó que los 15 agentes volaron la puerta de entrada del inmueble y tomaron posiciones en la escalera y en el rellano del portal, portando en todo momento máscara antigas. Tras parapetarse, iniciaron contactos con los terroristas y pudieron escuchar, "pared con pared", los cánticos y "alaridos" en árabe de los siete terroristas islamistas.
Con brevedad pero sin omitir detalles, el testigo relató que intentaron disuadir a los terroristas de que depusieran su actitud tras hacer estallar la puerta. "Le dijimos que salieran, que no les iba a pasar nada", explicó. Tras la negativa de los miembros de la célula los atrincherados lanzaron ráfagas de disparos esporádicos.
También detalló que, tras negarse a salir, los terroristas le ofrecieron enviar un emisario. Los GEO accedieron pero precisaron que éste debía salir "desnudo y con las manos en alto". Como repuesta se repitieron una vez más --precisó el testigo-- disparos y alaridos de los atrincherados. El agente incidió en la brevedad del intercambio verbal entre policías y terroristas y dijo que desde el momento en que volaron la puerta hasta que se produjo la explosión transcurrieron únicamente tres minutos.
"Cuando explotó la vivienda fue cuando murió nuestro compañero", señaló el testigo en referencia al subinspector de los GEO Francisco Javier Torronteras. Explicó que él sufrió contusiones y desgarramientos en una pierna y dijo que el resto de los agentes resultaron también heridos de diversa consideración.