Esta aeronave europea capaz de albergar un camión de bomberos, dos helicópteros o dos carros de combate irá sustituyendo al 'Hércules'
MADRID, 30 May. (EUROPA PRESS) -
El A400M, el mayor avión de carga militar de las Fuerzas Armadas, ha alcanzado ya las 100 horas de vuelo con el Ejército del Aire, donde llegó hace seis meses con el objetivo de ir progresivamente sustituyendo a su antecesor, el Hércules, al que dobla tanto en alcance como en autonomía y capacidad de carga.
El Ala 31 del Ejército de Tierra, con base en Zaragoza, llevaba años esperando albergar en sus hangares el ansiado A400M, que por fin llegó en diciembre del pasado año después de retrasos en la entrega y diversos problemas durante su diseño y fabricación.
Seis meses después ya son cuatro los pilotos instruidos para manejar la aeronave, la primera de las 27 unidades que el Gobierno español encargó a la empresa Airbus. Según la previsión, 14 de ellas las operará el Ejército del Aire mientras que intentará vender las 13 restantes a otros países.
El A400M --T23 para las Fuerzas Armadas-- es un avión de transporte militar de gran capacidad, de fabricación y tecnología europea que es ensamblado en la factoría que la empresa Airbus tiene en el aeropuerto de San Pablo, en Sevilla.
DE LA MÁQUINA DE ESCRIBIR AL ORDENADOR
Esta aeronave convivirá dentro del Ejército de Tierra con el C-130 Hércules, de fabricación estadounidense, hasta que en un futuro lo sustituya totalmente. El jefe del Ala 31, coronel Gamboa de la Calleja, ha explicado este martes en la base de Zaragoza que pasar del Hércules al A400M es comparable al cambio de la máquina de escribir al ordenador.
"Estamos ante una etapa ilusionante", ha reconocido poniendo como ejemplo que el A400M, en su primer viaje internacional, llegó desde Zaragoza hasta Washington en nueve horas y media. El mismo vuelo habría tenido tres días de duración si se hubiera hecho con el Hércules.
Esta nueva aeronave puede albergar en su interior hasta nueve palets más dos en la rampa, un peso de casi 40 toneladas, un camión de bomberos grande, dos helicópteros o dos carros de combate; además de tener capacidad para hasta 116 paracaidistas.
Sin embargo, aún conserva algunos de los problemas que se advirtieron durante su fabricación y que se espera sean corregidos en las próximas unidades. Uno de ellos era la caja de engranaje del motor, que en este caso ya fue sustituida. Además, presenta un fallo de diseño que impide que salten paracaidistas simultáneamente por ambos lados del avión porque el rebufo puede hacer que choquen en la parte trasera de la aeronave.
EL SEGUNDO, A FINALES DE 2017
Esta primera unidad con la que trabaja ya el Ejército del Aire no tiene tampoco sistema de reabastecimiento en vuelo ni los sistemas de seguridad contra misiles, radares y alerta de amenazas que sí se espera que estén instalados en la segunda aeronave, cuya entrega está prevista antes de que finalice el año. Ya en 2018 el Ejército del Aire espera contar con otros dos o tres modelos más del A400M.
Uno de los pilotos instruidos para su control, el capitán Pablo Guerrero, ha explicado que su manejo implica un "cambio de filosofía" respecto al Hércules porque es ya "un avión del siglo XXI" con un gran desarrollo tecnológico.
Aunque ha asegurado que la adaptación de pilotar un Hércules a ponerse a los mandos del A400M ha sido "cómoda", ha explicado que el mayor cambio de uno respecto a otro es que esta nueva aeronave requiere "mucho trabajo en tierra" para luego transmitirlo al interior de la cabina, al contrario que su antecesor.