Ghali regresó a Argelia horas después de una comparecencia judicial de la que salió libre
MADRID, 7 Jun. (EUROPA PRESS) -
El activista saharaui de nacionalidad española Fadel Breica se ha ofrecido a declarar ante el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz junto a dos testigos sobre las torturas que habría sufrido a manos del Frente Polisario, en un intento por reactivar el caso después de que el líder de la organización, Brahim Ghali, haya salido de España.
La abogada de Breica ha presentado un escrito al magistrado en el que le insta a acordar nuevas diligencias de investigación, ofreciendo en concreto la declaración del activista y de dos personas que habrían sido testigos de las presuntas torturas, según ha avanzado 'La Razón' y han confirmado fuentes jurídicas a Europa Press. De momento, Pedraz ha dado traslado al Ministerio Fiscal.
Las mismas fuentes han avanzado que Breica recurrirá los autos dictados el pasado 1 de junio por el instructor en los que se negó a adoptar las medidas cautelares solicitadas por esta y otras acusaciones --prisión provisional y retirada de pasaporte-- al considerar que no había indicios de que Ghali hubiera cometido delito alguno.
Pedraz dio este paso tras escuchar durante una hora y media la declaración del jefe del Polisario, que negó cualquier implicación en las violaciones de los Derechos Humanos que le imputan las querellas presentadas por Breica y por la Asociación Saharaui para la Defensa de los Derechos Humanos (ASADEDH), que reúne también a otras supuestas víctimas.
Al quedar libre, sin medidas cautelares, el presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) pudo partir horas después en un avión rumbo a Argelia, donde permanece ingresado en un hospital de la capital para terminar de recuperarse de la COVID-19. Precisamente, por la escasa efectividad de lo que ahora pudiera acordar Pedraz, ASADEDH no recurrirá, de acuerdo con las fuentes consultadas.
ACUSADO DE VIOLACIONES DE LOS DDHH
El movimiento de Breica busca mantener viva la querella en la que acusa a Ghali de delitos de detención ilegal, torturas y lesa humanidad presuntamente cometidos en 2019 en los campamentos de Tinduf.
Según Breica, a su llegada a los asentamientos de refugiados saharauis en dicha localidad argelina fue amenazado por agentes del Frente Polisario para que se fuera. Lejos de hacerlo, organizó actos de protesta, siendo arrestado por militares y trasladado a centros de detención indeterminados donde habría sufrido golpes y descargas eléctricas, entre otras prácticas.
Inicialmente, la querella cayó en manos del juez José De la Mata --ahora en Eurojust--, que decidió archivarla. Pedraz la reactivó el pasado mes de enero acotando que los hechos denunciados podían constituir delitos de detención ilegal y torturas, pero que no encajarían en el de lesa humanidad dado que no se aportaba elemento que supusiera una ataque generalizado a la población civil.
Poco después, el juez de la Audiencia Nacional admitió una segunda querella, presentada por la Asociación Saharaui para la Defensa de los Derechos Humanos contra Ghali y otras 27 personas por el maltrato al que habrían sometido a prisioneros de guerra y a los propios ciudadanos saharauis, "especialmente" a los de origen español.
Las acusaciones contra el líder del Frente Polisario se reactivaron cuando se supo que se encontraba en España, específicamente en el Hospital de San Millán-San Pedro (Logroño), donde fue ingresado el pasado 18 de abril con un cuadro grave por complicaciones derivadas del coronavirus.
Su traslado desde Argelia, que el Gobierno español tildó de cuestión humanitaria, está en el trasfondo de la crisis diplomática desatada con Marruecos, que se tradujo en un aluvión de llegadas de migrantes, sobre todo menores de edad, a Ceuta.