Al inutilizar páginas islamista, los hackers dificultan la posibilidad de acreditar el consumo de material violento y la autoradicalización
MADRID, 31 Ene. (EUROPA PRESS) -
Los ataques de Anonymous a webs de carácter yihadista tras los atentados de Estado Islámico en París entorpecieron una investigación de la Guardia Civil contra un sospechoso que había sido sometido a vigilancias por su actividad radical, según la investigación a la que ha tenido acceso Europa Press.
Finalmente, el marroquí Salim Aghmir fue detenido el pasado diciembre por los agentes del Instituto Armado e ingresó en prisión acusado de reclutar para DAESH en la trastienda de la tetería que regentaba en Pamplona, muy cerca de la Mezquita Al Aqsar, en el barrio de San Jorge.
Según anunció Anonymous tras el 13-N, sus acciones van dirigidas principalmente a inhabilitar páginas webs vinculadas a Estado Islámico o de contenido violento. Estos sitios son un reclamo para las personas que están inmersas en un proceso de radicalización, pero al mismo son en ocasiones una herramienta útil para las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado a la hora de saber qué material visitan algunos de sus investigados.
Esa información es la que cercenaron en parte los ataques de los hackers: al inutilizar numerosas webs yihadistas, no era posible acreditar que Salim Aghmir hubiese accedido a ellas. Por ello, en el marco de la investigación, los expertos de la Guardia Civil tuvieron que hacer copias de seguridad --con autorización judicial- de los contenidos de interés para la investigación a los que se tenía constancia de que había accedido el sospechoso y que todavía no había sido borrados.
REGENTABA UNA BOCATERÍA-TETERÍA
Salim Aghmir de 32 años y nacido en Tamlizen (Marruecos) regentaba una bocatería-tetería llamada 'Salam' ('Paz' en árabe). El día de los atentados de Estado Islámico en París el sospechoso y otra gente se encontraban en el local viendo un partido entre España e Inglaterra cuando a sus teléfonos móviles les empezaron a llegar informaciones de lo que estaba sucediendo en Francia. Entonces cambiaron rápidamente de canal y Aghmir no dudó en mostrar su alegría ante lo que estaba ocurriendo.
En cuestión de tres años, había pasado de usar las redes sociales para compartir su afición por el rap a utilizarlas para mostrar su visión más ortodoxa del Islam, llegando incluso a enaltecer el terrorismo. Su transformación fue también física, dejándose crecer la barba al estilo rigorista.
Consumía material de Estado Islámico de manera obsesiva a través de su Tablet LG V-500 y luego lo compartía con otras personas en el mismo establecimiento que regentaba. En ocasiones las sesiones continuaban en su casa. Había discursos de líderes yihadistas, ejecuciones, atentados, entrenamientos militares...
SALTARON LAS ALARMAS
En el marco de la investigación, hubo un incidente que hizo saltar las alarmas a la Guardia Civil. Desde el establecimiento de Aghmir una persona que no ha sido identificada usó la ADSL del local para buscar información sobre el aeropuerto de Bruselas y una zona de hoteles situada en Antalya (Turquía). Este hecho obligó a extremar las medidas de vigilancia, los expertos de la Guardia Civil llegaron a la conclusión de que Aghmir estaba realizando labores de captación.
Antalya es una región turca conocida por los servicios de Información de distintas policías europeas porque es uno de los lugares en los que aguardan los yihadistas llegados desde distintos puntos de Europa antes de cruzar la frontera con Siria para unirse a las filas de Estado Islámico.
Finalmente, el pasado 1 de diciembre la Guardia Civil arrestó a Salim Aghmir en una operación coordinada por el juez de la Audiencia Nacional José de la Mata. El magistrado le envió a prisión por un delito de adoctrinamiento y adiestramiento comprendido en los delitos de terrorismo.